Política

Ocultar la división dominadores-dominados: una estrategia clave del discurso político manipulador

Ocultar la división dominadores-dominados: una estrategia clave del discurso político manipulador

Olga Wornat: “El periodismo protegió a Macri por plata, por ...

Esto que les voy a relatar muestra de forma palpable los enormes costos de la ignorancia política de la población. De qué manera el bajo nivel de alfabetización política, en general, de la ciudadanía, es el complemento perfecto del discurso político manipulador del falso periodismo de los medios hegemónicos, para crear una opinión pública destituyente y envenenada en contra de los gobiernos populares.

La clave del discurso político manipulador se basa en la estrategia de borrar de escena la división dominadores-dominados, que es el fundamento de la consciencia política. De esta forma desparece la dimensión trascendente de la política y sólo queda en juego la inmanente, la horizontalidad de la lucha partidaria de la democracia liberal, donde todos los contendientes se enmarcan en sus reglas de juego, ya sea que defiendan los intereses de los dominadores o de los dominados. De esta forma la brecha deja de ser política y pasa a ser partidaria. Esta es la estratagema que le viene dando un gran resultado a la oligarquía, con la inestimable ayuda de la ignorancia política de la ciudadanía.

Vemos así como en el juego de la democracia liberal se diluye la contradicción fundamental dominadores–dominados, dando lugar a las contradicciones partidarias que, por supuesto, son siempre secundarias. Al enmascararse la contradicción principal, que es clave para comprender en forma crítica el fenómeno político, y quedar sólo las secundarias, ya está en marcha la fragmentación de la ciudadanía, elemento fundamental de dominación por parte de la oligarquía. Aquí nacen las falsas brechas, en el campo popular, entre kirchneristas y macristas, kirchneristas y peronistas, radicales y peronistas, trotskistas y kirchneristas, etc, todos, y esto es lo terrible, enfrentando a un enemigo común: la oligarquía.

La consciencia de la división dominadores-dominados, que no admite las posiciones neutras, es fundamental para que los pueblos logren encolumnarse en la lucha contra los dominadores. Sin esta consciencia el peligro es la fragmentación del campo popular, lo que los sectores dominantes promueven todo el tiempo y les brinda un enorme rédito. Por eso, el ciudadano en proceso de formación debe ser consciente de la importancia de la división dominadores-dominados, porque ahí comienza su alfabetización política.

La división dominadores-dominados es histórica, porque se hizo presente cuando el desarrollo de la tecnología, especialmente con la revolución agrícola, 10.000 años a.C, posibilito el excedente productivo. ¿Qué es el excedente productivo? Las primeras hordas gregarias de cazadores recolectores sólo lograban alimentos para sobrevivir. “Todos” los integrantes de la horda debían salir a cazar y recolectar porque de ello dependía su sobrevivencia. Ninguno de ellos estaba en condiciones técnicas y físicas de producir un excedente. Pero cuando los hombres y mujeres estuvieron en condiciones de cultivar la tierra apareció el “excedente productivo”. De hora en más los hombres comenzaron a producir más de lo que necesitaban para subsistir, creándose las condiciones de posibilidad de su explotación, de la dominación de unos hombres sobre otros hombres. Es así como nació la división dominadores-dominados, que persiste hasta hoy y que, lamentablemente, ensombrece el destino de la humanidad.

Históricamente esta división se expresó como esclavitud en la antigüedad, dando lugar a la relación amos-esclavos. Luego con la caída del Imperio romano y el advenimiento del feudalismo, la relación fue de señores-siervos. Posteriormente, con la crisis del feudalismo y el surgimiento del capitalismo la relación de dominación fue de propietarios-proletarios y hoy, para no entrar en debates que no vienen al caso, la relación es oligarquía-pueblo. Pero siempre dominadores-dominados, una evidencia irrefutable que establece un conflicto potencial que encierra una permanente lucha de poderes y que conforma una certeza que nos permite iniciar en ella una reflexión filosófico-política en búsqueda de la esencia del fenómeno político. Desde aquí entenderemos el fenómeno político sobre la base de una lógica de poder, la que nos permitirá iniciar un proceso de alfabetización política imprescindible para participar efectivamente en la lucha por otro mundo posible.

Está claro que las oligarquías, y esto también es histórico, en su afán ilimitado de dominio impusieron, y lo siguen haciendo, su poder a partir de dos modalidades: 1) Contra la voluntad de los dominados, mediante imposiciones estructurales coactivas y 2) Logrando la aceptación voluntaria de los dominados, mediante estrategias de manipulación de las conciencias, esto es, la colonización subjetiva. Esto les permitió y permite todavía hoy, contar con el consenso y la adhesión de los dominados a sus intereses y valores, que presentan como generales cuando es claro que sólo son los de ellos.

Es evidente que estos discursos manipuladores y legitimadores elaborados por los dominadores necesitan borrar de la escena el conflicto y, especialmente, el principal de todos, la división entre dominadores y dominados. Podemos comprobar que esta brecha, la única y verdadera brecha, no saldada hasta hoy, es la que nos va a permitir iniciar nuestro proceso de alfabetización política. No obstante, los sectores dominantes producen falsas brechas con el objetivo de fragmentar el campo popular, la vieja estrategia de dividir para reinar, que sigue siendo extraordinariamente efectiva hasta el día de hoy. La propia democracia liberal, con la división entre partidos políticos favorece la fragmentación del campo popular, porque establece una serie de contradicciones secundarias que oscurecen la contradicción fundamental, que es la de oligarquía-pueblo. Para los que poseen conocimientos de ciencia política queda claro que la democracia liberal es una expresión del sistema capitalista, que es el modelo de dominación establecido por la burguesía triunfante en su lucha contra la nobleza, la clase dominante en el sistema de gobierno feudal.

Es indignante ver cómo el falso periodismo de los medios hegemónicos trabaja con este discurso manipulador, aprovechándose de la ingenuidad política[1] de gran parte de la población. Defienden y promueven todo el tiempo al partido de los dominadores, el grupo de CEOS que remataron la Argentina, los que dejaron tierra arrasada, los que usaron el Estado para hacer negocios de todo tipo, los que fugaron miles de millones de dólares a sus guaridas fiscales, los que endeudaron a varias generaciones de argentinos y hambrearon al pueblo. Esto se hace evidente, por ejemplo, cuando escuchamos decir a Antonio Laje, un claro representante del falso periodismo orgánico de la oligarquía, que el gobernador Axel Kiciloff está haciendo campaña, simplemente porque critica la desastrosa administración de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, dirigente responsable con Mauricio Macri y Horacio Larreta de la hecatombe social y económica que dejó postrada a la Argentina. De esta forma el cipayo Antonio Laje[2], con una maligna magia discursiva, hace desaparecer la contradicción principal dominadores-dominados, y pone a Axel y a María Eugenia en un mismo plano, cuando está claro que Axel, más allá de cualquier crítica que como político podamos hacerle, está defendiendo los intereses de los que menos tienen, mientras que María Eugenia sabemos que respondió siempre, y sigue respondiendo, a los intereses y valores de la oligarquía.

Los operadores mediáticos, porque no se les debe llamar periodistas, instalan su discurso en el marco de la democracia liberal, donde se disuelve la contradicción fundamental dominadores-dominados y sólo quedan, en una horizontalidad igualadora, partidos y agrupaciones que compiten entre sí por el poder político. Los dominadores siguen estando, pero ahora disfrazados de agrupaciones políticas y, por lo tanto, barnizados de democráticos. Y que quede claro, no son un partido político, son los dominadores!!, nunca lo olvidemos!!

José Luis Lens

Filósofo-Politólogo-Educador

1/6/2020

Y esto sucede, y vale repetirlo, cuando desaparece la dimensión trascedente de la política y queda sólo la inmanente donde, como dice el tango, es lo mismo un chorro que un gran profesor, es lo mismo una política que desprecia las universidades porque los pobres nunca las alcanzarán, que uno

  1. Ingenuidad política que tiene su fundamento en el bajo nivel de alfabetización política.

  2. Y todos los de su cofradía de vendedores de la patria, como Luis Majul, Alfredo Leuco, Luis Novaresio, Alejandro Fantino, Eduardo Feinmann, etc.

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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