Política

La urgencia de la alfabetización política y la memoria activa

La urgencia de la alfabetización política y la memoria activa

Memoria Activa. ¿La Justicia se puede juzgar a sí misma? Audiencia en  casación. encubrimiento delAtentado a la AMIA Comunicado

Los comunicadores de los medios hegemónicos todo el tiempo nos dicen que el problema de fondo de la Argentina son los ciclos de prosperidad y estancamiento. ¿Y a qué le atribuyen el problema? ¿por qué los ciclos? Para todo este enjambre de sicarios mediáticos los culpables de esta anomalía cíclica son los políticos, la clase política. No saben gobernar, administran mal, no hacen lo que tienen que hacer y, entonces, eso da lugar a que tengamos momentos de prosperidad y luego de decadencia. Períodos de avance seguidos de otros de hundimiento, un nuevo período de prosperidad y otra vez la frustración de la caída. Esto es absolutamente falso, una completa mentira, un discurso manipulador. Si bien la clase política merece muchas críticas, el problema no son los políticos. La clase política no es la culpable de estos ciclos de prosperidad y decadencia. El único culpable aquí es la es la oligarquía, que todo el tiempo trabaja contra la patria y contra el pueblo, sin cesar.

Antes de que asumiera el gobierno nacional y popular de Alberto Fernández, con todos sus defectos y las críticas que quieran hacerle, porque no hay gobiernos ideales, ya estaban intentando desestabilizarlo. Todos los gobiernos nacionales y populares fueron boicoteados por la oligarquía, todos sin excepción. Presiones y condicionamientos de todo tipo para erosionarlos y desgastarlos y blindaje y apoyo incondicional a los que provienen de su riñón, esa es la estrategia de la oligarquía.

Los gobiernos de sesgo nacional y popular fracasan por su inoperancia y corrupción, porque llenan de impuestos a las empresas, porque no saben manejar la economía, porque el Estado es una fuente de gasto que desequilibra todo, etc., etc. Y cuando fracasan los gobiernos neoliberales, es por lo que les dejaron los nacionales y populares. Es el verso miserable de “la pesada herencia”. Pero la única verdad es la realidad. El problema de la Argentina es la oligarquía. La tragedia de la Argentina es la oligarquía.

Para poner el descubierto la gran mentira de la oligarquía no deberíamos tener que escribir libros y artículos y estar invocando a cada momento la memoria activa como lo hace el periodista Gustavo Silvestre, bastaría con una buena educación política de la ciudadanía para darse cuenta del engaño. Pero la oligarquía se encargó de que la ciudadanía no tuviera esa formación. La escuela de la democracia liberal nunca educó a los ciudadanos para entender la política. Es obvio, de haberlo hecho hubiera sido un suicidio y las clases dominantes no se suicidan. Por otro lado, los medios de comunicación aniquilaron nuestra ingenua ilusión de que nos ayudarían a luchar contra los poderosos. Frustración total, pasaron a formar parte activa de su poder.

¿Qué estamos viendo hoy? Lo que repetidas veces vivimos en los ciclos mencionados. En una coyuntura distinta, pero con la actitud de siempre, una oligarquía local subordinada a la geopolítica injerencista e intervencionista de Washington que, con todo su poder mediático de influencia, así como de condicionamiento y cooptación de sectores del sistema político, trabaja para crear una opinión pública desestabilizadora y destituyente respecto del gobierno nacional y popular de Alberto Fernández. Por eso, tenemos que tomar consciencia de que si no podemos lograr de alguna manera frenar y contrabalancear este poder actuante de la oligarquía, y de que esto sólo podrá lograrse con un pueblo empoderado, no sólo no vamos a poder iniciar en forma sólida una etapa de reconstrucción de nuestra soberanía política e independencia económica, sino que volveremos a tener en el próximo recambio un gobierno de derecha.

En esta época de poderosas tecnologías de la información, concentración monopólica de los medios de comunicación, redes sociales y Big Data gestionada por algoritmos de inteligencia artificial y con una población que viene perdiendo su espíritu crítico, están dadas las condiciones para la creación de una opinión pública manipulada. Y el poder político de la opinión pública es alto. Las oligarquías lo saben y aprendieron a usarlo con gran rédito, como lamentablemente lo indica nuestra experiencia.

Quienes conformamos el amplio campo popular tenemos hoy una gran responsabilidad, la de elevar nuestro nivel de alfabetización política y practicar una memoria activa. El siguiente texto es un capítulo de mi último libro[1], en el que les brindo unas reflexiones útiles para que comiencen a valorar la alfabetización política y la memoria activa.

“La lucha contra la corrupción”: La nueva-vieja hipótesis manipuladora de una oligarquía cínica e hipócrita

Es una gran hipocresía, y nos genera una enorme indignación, que los sectores más recalcitrantes de la derecha conservadora neoliberal utilicen a la “corrupción” para acusar y atacar a los gobiernos nacionales y populares de la región, en nuestro caso al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

El gran desconocimiento de la historia política de nuestra realidad de una parte importante de la población, permite que hoy, como antaño otros gobiernos oligárquicos, el de Mauricio Macri, por ejemplo, utilicen esta manipuladora hipótesis.

Inyectar la moralina de la corrupción en una población políticamente ignorante es una receta vieja, que fue usada en anteriores momentos de nuestra historia. Y hoy, gracias a la amnesia histórica[2] de gran parte de nuestra población, lamentablemente se vuelve a usar con rédito para la derecha conservadora neoliberal.

En realidad no haría falta tener memoria para comprobar el exabrupto que significa que Macri acuse de corrupto al gobierno de Cristina Fernández. La historia y el presente de Mauricio Macri, acusado, procesado y condenado en todo tipo de ilícitos vinculados a actos de corrupción, convierte a su caballito de batalla, en un acto de un nivel de hipocresía increíble.

Para los confundidos, que lamentablemente no son pocos, es necesario aclarar algunos puntos sobre la “corrupción política”:

Primero, la corrupción es un dato incontrastable del sistema capitalista. Este sistema es intrínsecamente corrupto, como lo prueba la tremenda desigualdad que genera en todo el planeta. Por eso, así como no es pensable la obtención de la pobreza cero, tampoco lo es el logro de corrupción cero.

Segundo, como lo señalo en mi libro, “En las democracias liberales, sin el control y la incidencia política del pueblo, no es posible garantizar la transparencia de los actos de gobierno ni la independencia de los poderes”[3]:

Tercero, tal como lo señala Aldo Ferrer, la corrupción es un fenómeno transversal a todos los gobiernos, pero en el neoliberalismo es especial, es cipaya[4]:

“La brecha (entre modelos) es significativa en todos los indicadores económicos y sociales, así como en el problema de la corrupción. En el modelo nacional y popular, la corrupción es vernácula: se manifiesta principalmente en ilícitos vinculados a transacciones en el mercado interno. En el neoliberalismo es cipaya, porque tiene lugar principalmente a través de la especulación financiera con el exterior y la extranjerización de la explotación de los recursos naturales y los servicios públicos. Es decir, agrede la soberanía. Por su magnitud y consecuencias colaterales, la corrupción y el ‘capitalismo de amigos’ propios del modelo neoliberal son mucho más graves que los ilícitos vernáculos característicos del nacional y popular”. (Ferrer, Aldo, El regreso del neoliberalismo. Le Monde Diplomatique, Edición Nro 201, Marzo de 2016).

Esto quiere decir que tenemos una corrupción coyuntural, que es transversal a todos los gobiernos de las democracias liberales -y los gobiernos nacionales y populares se dan en este modelo político- y otra estructural, propia de las dictaduras con economías neoliberales y los gobiernos de la derecha conservadora neoliberal, que ahora están llegando al poder a partir del voto, con la extraordinaria colaboración de los medios de comunicación hegemónicos y una justicia adicta. Como señalamos, la corrupción estructural es infinitamente más negativa, perversa y dañina que la coyuntural.

La oligarquía, cuya actuación en el entramado público-privado es estructuralmente corrupta, es quien instaló históricamente, como veremos a continuación, en un acto de enorme hipocresía, la crítica a la corrupción coyuntural de los gobiernos nacionales y populares. Arturo Jauretche advertía, con clara visión, que la moralina contra la corrupción es utilizada para distanciar a la ciudadanía de los gobiernos populares, haciéndole perder de vista la Moral Nacional, que se define en las grandes líneas de la política y no en las comisiones o coimas que se cobren los funcionarios que la ejecutan[5].

Por supuesto, que esta moralina contra la corrupción se vio y se ve nutrida por enormes mentiras, operaciones mediático-judiciales y todo tipo de acciones para sobredimensionarla, con el objetivo de influenciar a una gran parte de la población que sufre de ignorancia política. Para luchar contra esa ignorancia que tanto daño le hace al país y a quienes pertenecemos al amplio campo popular, es bueno revisar cómo se manejó y maneja la oligarquía para operar sobre la población con el caballito de batalla de la corrupción contra los gobiernos que respondieron y responden a los intereses populares. Para ello nos remitimos a un excelente resumen de El Forjista, que nos permitimos reproducir:

La gran corrupción de la oligarquía

El gran escritor Manuel Gálvez en su magnífica biografía de Hipólito Yrigoyen, cuya lectura recomendamos fervientemente, explica lo siguiente sobre el primer presidente radical: “Conocemos la honradez excepcional de Hipólito Yrigoyen, su actitud ante los Bancos, su vida austera y pobre. La oposición, sin embargo lo trata como si fuera un ladrón”.

La oposición y los diarios lo acusaban de haberse quedado con un campo que arrendaba cuando murió la propietaria, todo esto era absolutamente falso, pero no importaba el único objetivo era desprestigiar a un caudillo popular que había llegado a la política luchando contra el régimen oligárquico y disponiendo las primeras medidas que beneficiaban a los sectores populares.

A pesar de haber sido un gobernante ejemplar en el manejo de los fondos públicos y de haber muerto en la pobreza, sus enemigos no dudaron en calificar su gobierno como una “orgía de malversación y prevaricato”, en tanto un senador rival lo acusó de haber recibido una coima de cinco millones de pesos.

Pero obviamente los ataques no sólo estaban dirigidos a las supuestas irregularidades, en el momento de calumniar a ese gobierno democrático se lo acusó, entre otras cosas de: tirano, calumniador, ignorante, hipócrita, un diario llegó a llamarlo “hiena que se ha refugiado en la Casa de Gobierno”.

El diario nacionalista La Fronda llegó publicar la partida de matrimonio de los padres del presidente para demostrar que eran analfabetos, información que aparecía bajo un título que rezaba “Analfabeto de padre y madre”.

Todos estos argumentos fueron utilizados para justificar el golpe de estado del 6 de septiembre de 1930 que dio inicio a una de las etapas de mayor corrupción, entrega de la soberanía nacional y pobreza para la mayoría de la población, la oligarquía regresaba a gobernar para entregar el país al dominio inglés, con grandes negociados contrarios al interés nacional que no eran denunciados por los diarios cómplices.

Cuando asumió el dictador Uriburu se anunciaron con gran pompa y difusión la realización de investigaciones en varios organismos del estado por supuestos delitos, acusando a los dirigentes radicales de delincuentes, siendo perseguidos, detenidos y difamados por la sola pertenencia a un gobierno popular.

Golpe de estado de 1955

Luego del golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 que derrocó al gobierno del general Perón se desató una rabiosa campaña de prensa tendiente a demostrar que todos los funcionarios del gobierno peronista eran un hato de ladrones, hubo miles de detenciones y allanamientos, quienes pudieron optaron por asilarse en embajadas.

Se conformó la inconstitucional Comisión Nacional de Investigaciones con el sólo objetivo de interrogar e  investigar a funcionarios y legisladores peronistas. Se le impidió a estas personas a disponer de sus bienes que eran bloqueados con la seguridad de que eran mal habidos aún antes de cualquier investigación.

La dictadura organizó una desvergonzada exposición  de pertenencias de Perón y Eva, como autos, motos, ropa, joyas y cuadros. La prensa fantaseaba que Perón había llegado a acumular nada menos que 2.000 pares de zapatos, a lo que el general contestó “ni que fuera un ciempiés”.

Las persecución se extendía a todos los ámbitos, se efectuaron falsas acusaciones contra personas que sólo habían mostrado su adhesión al peronismo cono Hugo del Carril que debió pasar un largo período sin poder trabajar, otros reclamaba que se le impidiera participar de las carreas de automovilismo a los hermanos Gálvez, dos figuras estelares de nuestro deporte.

Personas que honraron la función pública y a los cuales los argentinos debemos que haya salvado miles de vidas como Ramón Carrillo, también fueron objeto de persecución y su domicilio fue allanado.

Una de las obras más beneficiosas del peronismo fue destruida, la Fundación Eva Perón, fue disuelta, se quemaron sábanas y frazadas, se destruyeron pulmotores, platos y cubiertos, porque tenían el escudo de la Fundación.

En el informe que investigó a esa institución se decía: “Desde el  punto de vista material de la atención de los menores era múltiple y casi suntuosa. Puede decirse, incluso, que era excesiva, y nada ajustada a las normas de sobriedad republicana que convenía, precisamente, para la formación austera de los niños. Aves y pescado se incluían en los variados menús diarios. Y en cuanto al vestuario, los equipos mudables, renovables cada seis meses, se destruían”.

Para los dictadores, no había que gastar demasiado dinero en los niños de familias de escasos recursos, no vaya ser que se vayan a acostumbrar a vivir bien y quieran hacerlo durante toda su vida.

En tanto Adela Caprile que participó de la liquidación de la Fundación nombrada por los golpistas dijo: “Nunca hubiera creído que se pudiera reunir semejante cantidad de raquetas de tenis. Era un despilfarro y un delirio, pero no era un robo. No se ha podido acusar a Evita de haberse quedado con un peso. Me gustaría poder decir lo mismo de los que colaboraron conmigo en la liquidación del organismo”.

También en la CGT se designó una comisión investigadora, poniéndose a cargo a un coronel de intendencia que declaró a la prensa sobre “las bochornosas irregularidades que se comprobaron en los lujosos Hoteles de Turismo de este organismo sindical”.

Como en la actualidad al economista González Fraga que señala que un empleado medio no tiene derecho a televisores de última generación o vacaciones en el exterior, el militar estimaba que los obreros no tenían derecho a hoteles de categoría.

Sobre Perón se tejieron innumerables fantasías sobre supuestos millones con los que escapó del país o que se encontraban en cuentas en Suiza, a pesar de todo ese montaje nunca se pudo demostrar que tuviera dinero en el exterior y quienes lo trataron en su exilio pudieron comprobar fehacientemente la modestia en la que vivía.

Prácticamente ninguna de las supuestas irregularidades denunciadas por la prensa y la dictadura pudieron probarse, sin embargo durante un largo tiempo estuvo batiéndose el parche que todos los peronistas eran simples corruptos que llegaban al gobierno al sólo efecto de lucrar para su beneficio personal.

La peor dictadura de la historia

El golpe de estado del 24 de marzo de 1976 además de su secuela de miles de asesinatos, torturas, detenciones y entrega abyecta del patrimonio nacional, también puso bajo sospecha a todos los peronistas, para investigarlos conformó la Comisión Nacional de Recuperación Patrimonial (CONAREPA) ya el nombre daba por supuesto el robo peronista y por lo tanto a la comisión sólo le restaba recuperar para el Estado los bienes mal habidos.

Producido el golpe de estado el ex presidente Héctor J. Cámpora se asiló en la embajada de México, donde permaneció más de tres años porque los dictadores se negaban a permitir su salida del país, recién cuando se supo que estaba enfermo de cáncer el gobierno permitió su viaje a México, muriendo al poco tiempo en la ciudad de Cuernavaca.

Estando en la embajada encomendó a su hijo para que presentara ante la CONAREPA todos los documentos que comprobaban el origen de sus bienes, la comisión se expidió sobre la legitimidad de sus bienes, pero lo hizo paradójicamente 40 días después de su muerte.

No era la primera vez que Cámpora era investigado, también lo fue después del golpe de 1955, a pesar de haber sido uno de los primeros políticos en dar a conocer públicamente su declaración de bienes.

Pero Cámpora no fue el único sospechado por la dictadura que procedió a confiscar bienes de ex funcionarios sin que mediara denuncia alguna, sólo por el hecho de haber ocupado un cargo político, este atropello luego debió ser pagado por el Estado Nacional al regreso a la democracia,  con indemnizaciones a los afectados que llegaron a los 200 millones de dólares.

Algunas de esas causas aún permanecen irresueltas como lo es la denuncia contra los grupos que se apropiaron de la empresa Papel Prensa de la familia Graiver, dichos grupos fueron Clarín, La Nación y el desparecido diario La Razón, la causa está paralizada por el juez tortuga Ercolini que sin embargo en las causas contra Cristina Kirchner actúa como liebre.

Graiver no fue el único empresario confiscado por decisión de los dictadores y el equipo económico liderado por Alfredo Martínez de Hoz, Reinaldo Defranco Fantín era un empresario de los medios que había comprado espacios de publicidad en el Canal 13 que fue intervenido por la Marina, como Fantín exigió que se cumpliera el convenio sus empresas fueron allanadas y luego detenido en julio 1980 permaneció en prisión más de tres años, la empresa estuvo intervenida hasta 1988.

Federico y Miguel Gutheim comandaban el grupo textil Sadeco, en noviembre de 1976 fueron detenidos acusados de hacer fracasar un convenio con empresas de Hong Kong, quedaron a disposición del Poder Ejecutivo sin acusación ante la Justicia, fueron liberados en abril de 1977 luego de aceptar un convenio con las empresas de Hong Kong que interesaba al equyipo económico.

El Grupo Chavanne compró el Banco Hurlinghan perteneciente a Graiver en diciembre de 1976, en septiembre de 1977 el Banco central no aceptó la compra y en junio vendieron las acciones a las industrias Grassi, pero tanto los grupos Chavanne como Grassi fueron intervenidos y confiscados, por esta causa se estima que la dictadura llegó a realizar el secuestro de 31 personas.

La restauración oligárquica

Esta vez no hubo que esperar a que regresara un gobierno conservador para que se echaran sospechas sobre gobernantes que mostraron cierta sensibilidad sobre las necesidades de los más débiles y que logró liberar al país del control de su economía de potencias extranjeras y de los organismos internacionales de finanzas.

Obviamente nos referimos al gobierno kirchnerista, que como además garantizó que existiera la  mayor libertad de expresión de la historia argentina y derogó la posibilidad que los funcionarios hicieran denuncias por calumnias e injurias contra periodistas, posibilitó que las corporaciones mediáticas, quienes forman parte de la oligarquía nativa, realizaran un festival de calumnias y difamaciones, tendientes a mostrar que todos los kirchneristas sólo tenían una única intención: la de robar para beneficio personal.

El Poder Judicial que en general se encuentra al servicio de los poderosos hizo su aporte tratando por todos los medios que no se pudieran aplicar las medidas del gobierno tendientes a democratizar la justicia, limitando injustos privilegios y evitando que hubiera medidas tendientes a recortar el poder discrecional de las grandes corporaciones.

Cuando el partido de los patrones y los gerentes regresaron al poder político, la troica infame conformada por los jueces pusilánimes, los políticos offshrore y los medios de comunicación evasores se lanzaron a una descomunal campaña para desacreditar al kirchnerismo, pero principalmente a Cristina Fernández de Kirchner, que es la única que ha desafiado al poder económico. Como señaló la política sin votos y sin escrúpulos, Stolbizer, la intención de la oligarquía y sus lacayos es proscribir a la expresidenta.

Moralina

Tal vez el pensador nacional que más dedicó a analizar el tema de lo que él llamaba moralina fue Arturo Jauretche, quién en 1962 escribió: “Cada vez que hay un escándalo y éste tiene gran difusión periodística, yo desconfío del objetivo del mismo. Los verdaderos escándalos… no gozan del favor de la gran prensa, ni motivan la agitación de las agencias telegráficas internacionales”.

Donde hay puntos suspensivos Jauretche mencionaba inmensos hechos de corrupción que no merecían la atención de la prensa, no los hemos transcripto porque hubiese implicado ingresar a detallar casa uno de ellos, pero para que el lector tengan una idea procederemos a actualizar esos escándalos que no se mencionan en los grandes medios: Panamá Papers, 4400 cuentas en la HSBC de argentinos, la denuncia de Hernán Arbizu por la fuga de divisas promovidas por el banco JP Morgan, los negociados de Aranguren para beneficiar a la Shell, los contratos que se le conceden graciosamente al amigo y socio del presidente Nicolás Caputo, etc, etc.

Seguía diciendo Jauretche : “No provoca escándalo tampoco entregar todo el manejo de la producción rural argentina a los consorcios exportadores extranjeros. Se arma precisamente para tapar esto o para impedir aquello”.

Muchas veces actuando legalmente se puede perjudicar seriamente al país cuando se entrega el patrimonio nacional como lo hizo, la dictadura, el menemismo y ahora el macrismo. Eso también es un escándalo pero la prensa guarda un silencio cómplice.

También don Arturo se refirió a quienes se erigen en jueces morales sin que nadie los haya designado: “Todo el mundo conoce a los políticos que viven del escándalo local. Es raro que griten contra esos mecanismos internacionales, pero son los mejores instrumentos para salirle al cruce a sus competidores criollos. Algunos son de buena fe, hombres honrados, pero cuya capacidad mental no les permite superar la visión de la política que no se refiera a una honestidad de vigilantes y ladrones. Otros … tienen todo el prejuicio de las viejas clases para los que vienen de abajo, y les retuerce el hígado la insolencia de los guarangos enriquecidos que pasan por delante de ellos”.

Conclusiones

De lo que hemos estado viendo podemos llegar a algunas conclusiones que pueden ser útiles para no caer en la trampa que intenta ponernos la oligarquía y en la que lamentablemente algunos argentinos caen una y otra vez, cuando llegan a percatarse del truco lamentablemente ya es demasiado tarde y los perjudicados somos todos.

Veamos entonces algunas de las ideas que se nos ocurren repasando el uso de la falsa lucha contra la corrupción:

1) Existe corrupción en todos los gobiernos de todos los países, pretender concentrar las acusaciones sobre un solo movimiento constituye una indudable maniobra política, por lo general si se investiga sólo un poco, se detecta que los acusadores chorrean corrupción por todos sus flancos. Hemos presenciado que diarios, a cuyos dueños se la han detectado innumerables cuentas en el exterior no declaradas, pretenden erigirse en oráculos de la transparencia.

2) La oligarquía y sus socios externos han tratado de descalificar moralmente a los movimientos nacionales, porque esto le resulta más fácil y redituable que decir la verdad, que le molesta las políticas sociales que tienden a mejorar el nivel de vida de los sectores populares y que acotan las ganancias de las corporaciones, además a sus socios extranjeros los perjudica que el país logre soberanía y no tenga que depender de los negocios de los usureros internacionales

3) La denuncia sobre corrupción también tiene la intención de tapar la mayor corrupción de los grandes empresarios, en el último tiempo se ha visto un  festival de cuentas off-shore que muestran que los funcionarios del macrismo y los dueños de las grandes empresas, han sacado millones de dólares del país para evadir impuestos y blanquear dinero cuyo origen no pueden justificar.

4) Cuando los pueblos deben padecer el saqueo de los gobiernos neoliberales, también las denuncias de corruptelas menores son utilizadas para ocultar las criminales consecuencias de los salvajes ajustes.

5) El uso y el abuso de la moralina al que recurre el poder económico suele ser efectivo sobre las mentes de una parte de clase media que aún permanece colonizada[6] y conectada a la matrix dominada por los grupos dominantes.

6) Quienes se erigen como faros de la moralidad, sin que nadie le haya otorgado esa facultad, en verdad tratan de imponer una tiranía para que su opinión sea aceptada sin discusión, por lo general son meros farsantes que callan la gran corrupción de los poderosos. Pongamos ejemplos, Carrió no dijo nada sobre la modificación a la Ley de Tierras realizada por el gobierno de Macri a pesar de que a los gobiernos anteriores los acusaba de entregar la tierra a los extranjeros. Para Stolbizer no existen los Panamá Papers ni las 4400 cuentas no declaradas en el HSBC, ni las maniobras del JP Morgan. ¡Hipocresía pura al servicio de los poderosos!”[7]

Tengamos claro que el accionar de la oligarquía sobre la parte colonizada de la población, con la presión mediática de blindaje de los grupos hegemónicos como Clarín en Nuestro país y O Globo en Brasil y una parte de la justicia sometida a su poder, hoy tiene efectos muy negativos para los pueblos, como podemos comprobar a partir de lo ocurrido en nuestra última elección presidencial y el golpe judicial a Dilma.

Como vimos, sin el empoderamiento de la ciudadanía, que depende directamente de su nivel de cultura política, las posibilidades de aspirar a un camino de superación de la corrupción y la impunidad, son mínimas”. Fin del artículo.

Reflexiones finales:

No es necesario ir tan atrás con la memoria activa, basta colocarnos en la campaña electoral de 2015 para observar y analizar el comportamiento de los actores de la oligarquía para propiciar el nefasto advenimiento al poder político, en su representación y para lograr mantener y ampliar su poder, de un personaje con tan malos antecedentes como Mauricio Macri, un verdadero mafioso que, además, vino a hacer sus propios negocios utilizando el Estado.

En el marco de la Guerra judicial (lawfare) propiciada por Washington en la región basta señalar dos hechos que se usaron con éxito para lograrlo: el caso del suicidio del fiscal de Alberto Nisman y la falsa acusación a Aníbal Fernández en el caso de la efedrina. En ambos sucesos operaron el Grupo Clarín y sus socios, con su sicariato comunicacional encabezado por el falso periodista mercenario Jorge Lanata, un grupo de jueces subordinados de Comodoro Py y políticos como Lilita Carrió. Todos trabajando en contra de la patria y el pueblo.

Respecto de la memoria activa, hacete esta pregunta: ¿qué nuevas operaciones, difamaciones y mentiras pueden inventar para volver a desestabilizar y voltear a un gobierno nacional y popular como el actual de Alberto y Cristina?

Las tapas de Clarín y La Nación y toda una caterva de sicarios miserables, como Jorge Lanata, Eduardo Feinmann, Jonatan Viale, Alfredo Leuco, Diego Leuco, Luis Majul, Baby Etchecopar, Marcelo Longobardi, Joaquín Morales Solá, Marcelo Bonelli, Luis Novaresio, Tato Young y un montón más, están trabajando, como lo hicieron siempre, a toda máquina contra el gobierno nacional y popular, es decir, contra la patria y el pueblo.

Y en cuanto a la alfabetización política: tené en cuenta que tu bajo nivel de pensamiento crítico y tu ignorancia política son el complemento perfecto para el éxito de la manipulación de la oligarquía que, con los medios monopólicos y su sicariato comunicacional, utilizan para crear una opinión pública desestabilizadora y destituyente de los gobiernos de sesgo nacional y popular, que por lo visto no toleran.

De vos depende de que no lo logren otra vez!!

20/10/2020

El ciudadano politizado

  1. Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores. Página 253.
  2. La amnesia histórica es un claro indicador de la baja conciencia política de una parte importante de nuestra población
  3. Lens, José Luis (2017) Para que nos tomen por bolud@s. Elevemos nuestro nivel de alfabetización política para derrotar a la derecha conservadora neoliberal. Buenos Aires: Editorial Dunken. Página 200-201
  4. Esto no quiere decir que justifiquemos la corrupción, ya que siempre es criticable y rechazable, pero la diferencia entre los tipos es sustancial. Hay que combatir ambas, pero la corrupción cipaya es, sin duda, la más perversa y dañina para el país y su gente. 
  5. Viene quedando claro que una gran parte de la población no distingue la moral nacional de la moralina, como nos advertía Arturo Jauretche. Es evidente que los que repiten como loros, respecto del gobierno kirchnerista: “se robaron todo”, porque el Grupo Clarín y sus socios, en el marco del periodismo de guerra (lawfare) sobredimensionaron manipulativamente algunos actos de corrupción coyuntural de dicho gobierno. no tienen la menor idea de lo que significa la diferencia mencionada. El contubernio Cambiemos-Grupo Clarín es el que, con su entreguismo, está vulnerando impunemente la moral nacional. Es entendible que una población con escasa cultura política no vea ni entienda la “moral nacional” y sí compre la “moralina” que le venden las tapas de Clarín y todos sus repetidores y esbirros mediáticos.
  6. No dejen de leer “La colonización pedagógica” de Arturo Jauretche, donde examina con gran agudeza una acción para la dominación que lamentablemente hemos naturalizado. Aunque nunca es tarde para comenzar a desnaturalizarla.
  7. El Forjista, http://www.elforjista.com/lacorrupciondelaoligarquia.html

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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