Educación

La decisión política de negar el carácter político de la educación

La decisión política de negar el carácter político de la educación

El comité ejecutivo de la III Asamblea de Educación de Adultos, con Paulo Freire en el Hotel Bauen. Buenos Aires, noviembre de 1985.

Durante más de treinta años estuve a cargo de la Cátedra de Educación popular en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires), en la que, inspirado en Paulo Freire, siempre asumí y sostuve “la naturaleza política de la educación”, la idea vertebral de su propuesta.

Conocí personalmente a Paulo Freire en la III Asamblea de Educación de adultos. Desarrollo y Paz, en el año 1985, que se realizó en el Hotel Bauen y de la que integré su Comité Ejecutivo. Conocía a Paulo Freire a través de sus obras, especialmente Pedagogía del oprimido, pero en la semana de la Asamblea el contacto vivo con él me permitió valorar en toda su magnitud la enorme trascendencia de su propuesta. Desde ese entonces intenté ser fiel a lo que en todas sus charlas nos sugería: “ustedes no tienen que seguirme, sino reinventarme”.

Apenas leí las palabras de la Ministra de Educación Soledad Acuña, más allá de mi indignación por su estigmatización de la docencia, me vino a la mente Paulo, sentí que también con su autoritarismo e ignorancia lo estaba agraviando.

En el Congreso Internacional de “Nuevas Perspectivas Críticas en Educación”, organizado por CREA de la Universidad de Barcelona, en 1994, en la finalización de la Guerra fría”, la década de la ascendencia del neoliberalismo y el fracasado anuncio de la “muerte de las ideologías”, Paulo Freire dijo algo que es completamente pertinente para aplicarlo a los dichos de Soledad Acuña:

“No hay afirmación más ideológica que aquella que anuncia la muerte de las ideologías”.

Cuando Soledad Acuña dice que “la raíz de lo sobre ideologizado y la militancia política en las aulas está en la formación docente”, porque los docentes deben “enseñar a pensar, no decir qué pensar”, revela su gran desconocimiento del tema que la ocupa, porque soslaya algo que es elemental: la naturaleza política de la educación. Tanto es así que, desde su posición política, que está en la defensa de los intereses y valores de la oligarquía, niega el carácter político de la educación. Qué paradojal, ¿no?, negar el carácter político de la educación desde un posición política!!

La ignorancia de la Ministra es notable, porque ¿cómo enseñar a pensar sin un objeto de pensamiento? Recordemos al filósofo Martín Heidegger cuando decía que la “primera tarea de la filosofía es la de descubrir lo digno de ser pensado”. Señora Ministra, la primera lección de la tarea de enseñan a pensar es lograr que los educandos aprendan a descubrir lo que merece ser pensado. ¡Señora Ministra piénselo, porque merece ser pensado!

Fijémonos cómo los personeros de los intereses de la oligarquía, y Soledad Acuña, sin duda, lo es, se preocupan en forma permanente por impedir todas las instancias que puedan ayudar a la ciudadanía a pensar en forma crítica. No se equivocaba Paulo cuando repetía en sus escritos y charlas:

“Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica”[1].

Soledad Acuña, además de un autoritarismo intolerable, que niega la libertad de cátedra y la democracia, confunde “politización” con “partidización”. El adoctrinamiento sólo puede provenir de la partidización, pero nunca de la “partidización”. En una entrevista que se le hiciera en 1978, en Ginebra, en el Consejo Mundial de Iglesias, Freire dijo:

La educación es un acto político en sí mismo. El educador es un político y un artista; lo que no puede ser es un técnico frío. Ello significa que tiene que tener una cierta opción, que lo hace preguntarse: ¿la educación para qué?, ¿la educación en favor de quiénes?, ¿la educación contra qué?[2] 

Además, como educadora con vocación, si es que la tiene, debería lamentar que el sistema educativo no forme verdadera ciudadanía, con pensamiento crítico y educada políticamente. También debería saber que el bajo nivel de alfabetización política de una parte importante de la ciudadanía degrada la democracia y la república, que con tanta vehemencia defienden los miembros del gobierno al que pertenece. Pero la verdad es que puede decir lo que dice, sin ser repudiada en forma unánime, porque una parte de la ciudadanía, con un bajo nivel de alfabetización política y, por lo tanto, despolitizada, está preocupada en denunciar a los maestros y maestras porque cree que hablar de política en el aula es un acto indebido que debe ser sancionado.

Cuando Soledad Acuña manifiesta que la raíz de la militancia política en las aulas está en la mala formación docente y, en ese marco, incentiva a las familias a que “miren lo que pasa adentro del aula” y denuncien a los docentes para que pueda intervenir el Ministerio, me asaltan los peores recuerdos de la última dictadura. No puedo olvidarme del General Albano Harguindeguy a cargo del Ministerio del Interior y, en ese momento, como Ministro interino de Cultura y Educación de la Nación que, con la Resolución 1541 del 17 de octubre de 1978, determinaba que los profesores no podían usar ni recomendar los libros del pedagogo Paulo Freire porque servían como medio para la penetración de la ideología marxista en los ámbitos educativos y, a renglón seguido, ordenaba retirarlos de todos los establecimientos de educación.

El “nunca más” no tiene fecha de vencimiento Señora Ministra!!

¡Qué gran problema para conseguir una verdadera democracia es el bajo nivel de alfabetización política de una parte importante de la población!

El ciudadano politizado

23/11/2020

Bibliografía

Freire, Paulo (1970) Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI Editores.

Freire, Paulo (1984) La importancia de leer y el proceso de liberación. México: siglo XXI.

Karmentxu Marín, “La educación es siempre un quehacer político” Entrevista a Paulo Freire. El País, 27/5/1978.

Lens, José Luis (2001): Paulo Freire: su praxis pedagógica como sistema. Instituto Paulo Freire (IPF) de San Pablo. Tandil: UNCPBA.

Lens, José Luis (2013): Comprender y Reinventar a Paulo Freire. Buenos Aires: www.bajalibros.com E-book.

  1. Freire, Paulo (1984) La importancia de leer y el proceso de liberación. México: siglo XXI. Página 71.
  2. “Paulo Freire: La educación es siempre un quehacer político” Entrevista a Paulo Freire, por Karmentxu Marín, Ginebra. Diario El País, 27/5/1978.

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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