Geopolítica

De República Dominicana a Noruega

De República Dominicana a Noruega: Por un Diálogo de Paz para Venezuela

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“Concluye sin acuerdo el diálogo político en Santo Domingo…”, principal noticia del 7 de febrero de 2018 en los medios internacionales, acompañada de una aseveración tajante: “el diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana entró en un receso indefinido”. José Luis Zapatero, como mediador de este proceso explicó en ese momento que los representantes enviados por el Presidente Nicolás Maduro mostraron compromiso y aceptación de los términosdel “borrador de los acuerdos” (que contenía detalles sobre el proceso electoral, fechas, garantías y observadores internacionales), pero los representantes de la oposición anunciaron momentos antes de la firma no estar en sintonía con lo acordado y manifestaron requerir más tiempo para revisar lo que a juicio de ellos eran “acuerdos no definitivos”, a la par de esto algunos medios reseñaron discretamente que los líderes de oposición recibieron de sus aliados internacionales, principalmente de Colombia y EUUU, ordenes de “no firmar”, por cuanto el único acuerdo admisible sería la salida de Nicolás Maduro.

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Transcurrido 15 meses, el 17 de mayo de 2019, los venezolanos (as) nos sorprendimos que a 7.578 Km de República Dominicana y 8.565 Km de Venezuela, en Noruega, específicamente en Oslo, se trasladara la mesa de diálogo por la paz. La sorpresa se hizo visible no sólo por la distancia, sino por el hermetismo y por considerarse en el contexto diplomático y periodístico que la iniciativa la presentó el Reino de Noruega, quien no forma parte de la Unión Europea y quien con las “reservas del caso”, no reconoció a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, cuando se autoproclamó, en enero pasado. Para expertos y mediadores, esta iniciativa de este país Nórdico, puede traer frutos sobre elcomedimiento que ha ejercido este país lejano como facilitador en al menos nueve procesos de negociación complejos, tales como el reciente acuerdo de paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC, en el año 2016.

Hay que decir que, más allá de la sorpresa que causó este inicio de diálogo y de las perturbadas narrativas en las redes sociales, es un sentir en la población que estas “conversaciones pendulares”, conlleven una verdadera mesa de diálogo entre los diferentes actores políticos de Venezuela que quieren la paz, sean de uno u otro bando, lo que podría cambiar el rumbo de la guerra económica y política que sufre la patria de Bolívar.

Según analistas políticos el intento fallido de golpe de Estado, llevado a cabo el 30 de abril de este año, por diputados de la Asamblea Nacional, encabezados por Juan Guaidó y Leopoldo López, acompañados de algunos militares, desinfló la credibilidad política y de maniobra de la oposición, en cuanto al tiempo de respuesta para sacar a Nicolás Maduro del poder, aún con apoyo del poder imperial. Por su parte, las fuerzas del chavismo se han mantenido firme en la calle y compenetrados con la defensa nacional ante cualquier amenaza de intrusión extranjera. Mientras de un lado se llama a la injerencia imperial y a la presencia de Marines en nuestro suelo, del otro lado se llama a la protecciónde la soberaníay la paz. Entonces nos preguntamos si esta realidad formará parte del análisis en Oslo y si se evocará situaciones que comprometieronen el pasado el proceso de diálogo, tales como los crímenes de odio, laspérdidas materiales, el acecho a las instituciones públicas y otras consecuencias que nos dejó las guarimbas en el año 2017, sin hacer mención a la violencia en años anteriores; o por el contrario se le pedirá al pueblo venezolano en general y a las víctimas de la violencia política, seanmilitantes opositores o chavistas, una vez más:olvidar y perdonar, o en un argot más simplista, “no ha pasado nada, empecemos de nuevo” . Esto está por verse…

Ahora bien la apuesta independientemente de todo lo vivido por el pueblo venezolano deber ser de “un diálogo verdadero” concebido desde distintas aristas:un diálogo a lo interno de la oposición que facilite la presencia democrática de los líderes que se han opuesto a la violencia; el diálogo entre países (Grupo de Lima y Unión Europea) para resarcir la injerencia, el bloqueo económico y el saqueo a los bienes y recursos de Venezuela; incluso un diálogo pedagógico que emerja del aprendizaje de los encuentros anteriores y con actores sociales y mediadores, que sean capaces de esgrimir las diferencias en un diálogo civilizado, con capacidad de entendimiento y reconocimiento político de los unos y los otros, y ante todo con tolerancia. Sobre esto me permito referir un libro que recientemente escribí y que titulé:Exploración del Proceso de Diálogo en Venezuela. Perspectiva Freiriana, editado por la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela. En su contenido hago referencia a la palabra verdadera como uno de los máximos referentes dialógicos de Paulo Freire (1970) quien expresó que no hay diálogo sin una acción y reflexión crítica. Se trata de una exigencia existencial que determina que hombres y mujeres actúen en el mundo y reflexionen sobre él, para humanizarlo, transformarlo y liberarlo. No se trata de un diálogo inocuo, incapaz de generar cambios.

Como nos compenetramos con la palabra PAZ como palabra verdadera, si no existe el respeto por los acuerdos, las leyes y la Constitución. Pareciera ser que la palabra PAZ es solo un referente para la No-Violencia. La PAZ ante todo debe ser el resultado de la justicia social, la tolerancia y el reconocimiento de los unos y los otros, sin exclusión. Como entender y aceptar la ayuda humanitaria como verdadera si proviene de quienes nos invaden y saquean, y de quienes destinan del botín saqueado una mínima cantidad para atender “el hambre del pueblo” y sus necesidades vitales.

En la complejidad dialógica entra también “el voto y las elecciones”, palabras y actos que han sido estigmatizados y se han alejado de su verdadera concepción de protagonismo y participación política y ciudadana. El triunfo en el año 2015 que llevó a los sectores opositores a controlar la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, representó un momento estelar- desaprovechado- para llamar a un Referéndum Revocatorio, máxima expresión democrática del diálogo político en ese momento, a través de la decisión y participación del poder popular de continuar o no con el mandato presidencial de Nicolás Maduro.

El interés verdadero por un diálogo en Oslo, debe igualmente poner en el tapete la “Usurpación del poder por parte de Maduro” versus la “Autoproclamación de Guaidó”. En el caso de “Usurpación” hubo elecciones presidenciales, en las que sectores opositores se negaron a participar para no contravenir las posturas anti dialógicas adoptadas en República Dominicana y en el segundo caso de “Autoproclamación mediante un acto callejero”, Guaidó se adjudicó las competencias del Ejecutivo Nacional como presidente encargado, al mismo tiempo irrumpecon una palabra inauténtica: libertad que surge de un mero verbalismo que la coloca paradójicamente de cara a una guerra imperial por el control de las riquezas naturales de Venezuela, entre ellas el oro negro.

Entre septiembre de 2017 y enero de 2018, gobierno y oposición se sentaron “a dialogar” en República Dominicana. Cuál será el tiempo necesario para avanzar en esta iniciativa noruega por un verdadero diálogo de PAZ? Hasta ahora las reuniones en Oslo suponen solo una fase exploratoria, llevada a cabo sin contacto directo entre las partes, pues esta fue la metodología considerada por los mediadores noruegos.

Teresita Pérez de Maza

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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