Política

La salud no es un negocio

La salud no es un negocio

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La pandemia puso al descubierto la necesidad de replantear el sistema de salud, ya que algunos lugares tienen muchos recursos que faltan en otros. Desde esta evidencia, en el VII Encuentro Nacional de la Salud organizado por el espacio Soberanía Sanitaria que integra el Frente de Todos, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, en una intervención virtual, volvió a proponer “una reformulación del sistema de salud” a partir de “una integración de lo público y lo privado para optimizar recursos”. Su propuesta es la de un Sistema de Salud Nacional Integrado.

Dijo Cristina en el cierre del encuentro nacional organizado por el espacio de Soberanía Sanitaria: «La pandemia nos dio la oportunidad de reformular el sistema de salud en tiempo récord, pero es necesario hacer un esfuerzo diferente”, Sostuvo, además, que el gobierno recibió “un sistema de salud abandonado” por el gobierno de Mauricio Macri, y que ante esa realidad “no se puede emparchar o dar soluciones parciales”.

En el mismo encuentro el Gobernador Axel Kicillof señaló algo evidente e inobjetable: “Detrás de lo que conocemos como la salud, hay negocios multimillonarios”, Las pruebas son abrumadoras, ¿alguien puede negarlo?

Al menor atisbo de una amenaza a sus intereses egoístas, como siempre, el bloque de poder oligárquico, en este caso a través de su ariete mediático, salta a la palestra para confundir y manipular a la población con un mensaje que insulta la inteligencia del pueblo, porque lo convoca a militar en contra de sus propios intereses.

La Editorial del diario La Nación se titula: “Defender el sistema de salud no estatal”, cuando lo que debemos defender y pelear por él, es un sistema regulado por el Estado para evitar que la salud siga siendo un negocio.

El contenido de la editorial utiliza la sedimentación de naturalizaciones que durante años los sectores de poder fueron instalando en la subjetividad de la ciudadanía, en este caso uno de los caballitos de batalla de los neoliberales, la supuesta ineficiencia del Estado. En este caso es completamente pertinente ser contra fáctico: “Dios nos libre si esta pandemia le hubiera tocado a Mauricio Macri”, ¡qué mal la habríamos pasado!! Además, seguir con la cantinela del Estado ineficiente después de la demostración del valor e importancia que nos brindó el Estado en esta pandemia, es todo un despropósito, ¿podría el mercado hacerse cargo de lo que sí se hizo cargo el Estado? Y no estamos hablando sólo de nuestro país, sino de los diferentes países del mundo, donde los diferentes Estados dieron una muestra impresionante de responsabilidad y eficiencia para enfrentar el enorme flagelo de la pandemia.

Fijémonos cuál es la leche que da el mercado: la distribución desigual de vacunas entre países ricos y países pobres que, además de sesgar millones de vidas, está permitiendo que el virus se siga propagando y mutando.

Y el bloque de poder oligárquico, como siempre, abriendo el paraguas antes de que llueva:

“Con la regularidad con la cual se rectifica habitualmente, el Gobierno hizo saber, semanas atrás, que el asunto no es para él una prioridad por el momento. Lo es, sin duda, para millones de argentinos, a quienes espanta la sola idea de que un Estado de pésima eficiencia en tantos campos monopolice la esfera de las más íntimas y delicadas decisiones humanas”[1].

Además de seguir usando el trillado y caduco mito de la ineficiencia del Estado[2], la idea no le espanta a millones de argentinos, sino a la élite de poder que ha convertido a la salud en un gran negocio.

Y no podían faltar las consabidas amenazas, imprescindibles para infundir miedo a la opinión pública que construyen con sus mentiras y manipulaciones

“Podría costarle carísimo al Gobierno si se concretasen proyectos semejantes, que sin duda llevarían al colapso de un sistema que protege, con todas sus imperfecciones -y no pocas debidas a las regulaciones que él mismo pergeña- la salud de más de 24 millones de argentinos (considerando las obras sociales y las entidades de medicina prepaga), con prestaciones cuyo rango de cobertura, accesibilidad y calidad se halla en el más alto estándar internacional”. 

Lamentamos no haber podido crear todavía una vacuna contra el odio visceral de las oligarquías a las regulaciones del Estado, sin las cuales la opresión y la desigualdad serían todavía mayores.

Así trabajan en tándem, porque pertenecen al mismo bloque de poder, los medios concentrados y los distintos sectores que hacen sus negocios vulnerando las necesidades y los intereses del pueblo.

Queda claro, que los ciudadanos que conformamos el amplio campo popular tenemos que saber que nuestro primer compromiso es con la Patria y con el pueblo, por eso debemos asumir con responsabilidad nuestra participación política en la lucha por el poder real, en este caso, en defensa de nuestros derechos a la información y a la salud, que aquí están en juego. Y dicha responsabilidad comienza cuando asumimos la tarea de elevar nuestro nivel de alfabetización política, para dejar de ser objetos manipulables y, de esa forma, impedir que puedan seguir insultando nuestra inteligencia, la inteligencia del pueblo.

El ciudadano politizado

1-3-2021

  1. Editorial, Diario La Nación, “Defender el sistema de salud no estatal”. 11 de febrero de 2021. 
  2. En el gobierno corrupto y privatizador de Carlos Menem, al periodista cipayo Bernardo Neustad se le pagaba un millón de dólares por mes para que militara periodísticamente a favor de las privatizaciones en el Estado.

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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