Medios de comunicación

El valor de la consciencia política en la lucha contra el terrorismo mediático

El valor de la consciencia política en la lucha contra el terrorismo mediático

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Pinceladas ilustrativas sobre la mafia mediática en la Argentina

La concentración mediática[1] es una realidad en el mundo y, por ende, en los países de la región. Y no es un hecho casual, sino que responde a la lógica de la dominación global. Dominar los medios de comunicación permite crear sentido común, esto, es, crear opinión pública. Nos referimos a moldear la opinión de la población a favor de los intereses de las oligarquías. Debemos saber que esta manipulación tiene consecuencias muy graves y lamentables para los pueblos, como la de elegir a sus verdugos, a quienes les van a deteriorar su nivel de vida, arrebatar sus empleos, destruir sus jubilaciones y pensiones y arruinar sus sociedades[2].

A todas las herramientas de su injerencismo e intervencionismo histórico, que ya conocemos, la geopolítica de Washington le sumó, en estos últimos tiempos, la Guerra jurídica (Lawfare)[3], en la que la monopolización de los medios de comunicación cumple un papel de primer orden. La estrategia, aplicada a nuestra región, tiene un doble cariz: 1) Erosión destituyente continua de los gobiernos de coloratura nacional y popular y 2) Fuerte promoción y blindaje mediático a los gobiernos de derecha subordinados.

De esta forma, si hacemos un relevamiento del escenario regional, vemos que estamos rodeados de gobiernos neoliberales, cuya primera acción, generalmente, es abandonar los organismos que promueven la unidad regional, como UNASUR y CELAC. De esta forma se crea un contexto favorable a los golpes de Estado promovidos por Washington[4]. Es casi imposible no ver esta realidad, aunque es mucha la población que todavía no la ve.

La campaña política de Mauricio Macri, por ejemplo, estuvo sostenida por cientos de tapas del diario Clarín contra Cristina Fernández y su administración. Y el gobierno de Alberto Fernández, recién empezado, ya está cosechando las primeras. La erosión y el desgaste promovidos por la oligarquía subordinada a Washington, cargada de objetivos destituyentes, ya ha comenzado.

Sin derecho a la información no hay democracia y, lo que es peor aún, no hay posibilidades de luchar con éxito por la liberación de la dominación que nos impone Washington. Lo que está ocurriendo es un escándalo y nos quedamos cortos cuando lo definimos como “terrorismo mediático”, porque se trata de un ataque a la esencia misma de la organización socio-política de los pueblos, sobre la base de la “naturalización” de una inversión de valores que pone en serio riesgo la estabilidad y futuro de las sociedades y el mundo.

Soportar todos los días el bombardeo comunicacional manipulador de los medios hegemónicos, es hoy, en la Argentina, donde estamos viviendo y luchando, un ejercicio de pesadilla. Las tapas del diario Clarín, que inspiran todo el movimiento comunicacional de los canales de tv, radios y portales en la web, construyen la opinión pública general del día y, según el tema, de la semana. Por ejemplo, el nuevo gobierno de la provincia de Buenos Aires de Axel Kicillof, elabora una reforma impositiva que grava más a los que más tienen, lo cual tiene una lógica rigurosa después del tremendo desastre que nos dejó el gobierno de Cambiemos, y Clarín lo titula “Impuestazo”. Y por todo el amplio espectro comunicacional que domina, resuena todo el tiempo “impuestazo”, “impuestazo”. Millones de personas envueltas en una mortal espiral de silencio[5], comienzan a repetir, sin el menor análisis, “viste el impuestazo que metió Kicillof”, “viste, yo te dije, son todos lo mismo, son todos iguales”. Ya está, lo de Kicillof es un impuestazo y no hay más que hablar. Ya comenzó la erosión del nuevo gobierno que usa al Estado como una herramienta de construcción política popular. Ya comenzó, o mejor dicho, continúa la despolitización sistemática de la población. Y este es sólo un ejemplo, de los tantos que podemos encontrar y mostrar todos los días.

La ocultación de la información, la desinformación sistemática, la manipulación de lo que se informa, las mentiras (fake news) y las operaciones mediático-judiciales, fueron moneda comunicacional corriente en el gobierno de Cristina Fernández, continuaron con más virulencia en los cuatro años del nefasto gobierno de Mauricio Macri y hoy todo apunta a que seguirán erosionando y desgastando, sin contemplaciones de ningún tipo, al gobierno de Alberto Fernández.

Para los ignorantes políticos, ingenuos irresponsables y envenenados de odio contra el kirchnerismo, que siguen sosteniendo que el gobierno de Mauricio Macri tuvo legitimidad de origen porque fue votado por el pueblo, es bueno recordarles que su camino a la victoria fue construido con las más viles mentiras y acciones de manipulación mediática que podamos imaginar[6]. Hay varias, pero recordemos una para tener una referencia y tomar consciencia.

Veamos la escandalosa e indignante tapa de Clarín del 31/3/2015:

Resultado de imagen para Clarin: Maximo Kirchner y Nilda garré tiene cuentas en el exterior

Esta falsa noticia (fake news) se vendió como el resultado de una investigación del periodista del diario Clarín, Daniel Santoro, quien hoy, por resolución del juez Ramos Padilla está procesado por extorsión, habiendo considerado probada su participación en las maniobras realizadas por el falso abogado Marcelo D’Alessio contra empresarios.

Aquí la prueba de la mentira:

Se terminó la mentira: confirman que ni Máximo Kirchner ni Garré tenían cuentas en el exterior. 12 marzo, 2018 PAÍS.

Se trató de una de las operaciones de prensa más increíbles y burdas de los últimos tiempos. Pasaron tres años, y ahora se termina de derrumbar aquella “información” que les  adjudicaba al diputado nacional Máximo Kirchner y a la ex ministra de Seguridad, Nilda Garré, una cuenta en Delaware, Estados Unidos, por 41.700.000 dólares.

El Departamento de Justicia norteamericano le confirmó al juez federal Marcelo Martínez de Giorgi que en el Shore Bank, actual nombre del Felton Bank, no hay registro de los números de cuentas ni de los nombres citados primero por la revista brasileña Veja y luego por el diario Clarín.

Así lo revela hoy Página 12, donde se recuerda que el 30 de marzo de 2015 el periodista Daniel Santoro escribió que “Máximo Carlos Kirchner sería uno de los cotitulares de la cuenta abierta en el banco Felton de Delaware, EE.UU., que había manejado Nilda Garré, según dos fuentes bancarias y un documento consultados por Clarín”.

En el artículo se agrega que “habría otra cuenta abierta en el Morval Bank & Trust Ltd de las islas Caiman que llegó a tener 19.845.300 dólares. Según las fuentes en esta cuenta también figurarían Garré y Máximo. La revista brasileña Veja afirmó que también estaría como cotitular la hija de Garré, María Paula Abal Medina”.

En una nota plagada de condicionales[7], Santoro escribió datos increíbles como que sus fuentes le confirmaron que “sería” (sic) Henry Olaf “Pilo” Aaset” el otro diputado que supuestamente tenía cuentas en paraísos fiscales y en el país persa.

Página 12 ya había remarcado que eso era imposible, ya que el Felton Bank poseía un total de 70 millones de dólares en depósitos, por lo cual tener un solo cliente con 41 millones era bastante improbable. Pero más aún: el total de los depósitos mayores a 250 mil dólares contabilizaba unos 6 millones, lo cual ya lo hacía directamente imposible.

Santoro publicó esta supuesta revelación sólo dos meses después de la muerte de Nisman y su anterior denuncia por presunto encubrimiento, la cual fue rechazada en cinco oportunidades hasta ser reabierta con el nuevo Gobierno. Actualmente, esa causa va camino al juicio oral contra Cristina Kirchner, Héctor Timerman y Carlos Zannini, entre otros.

Como para muestra basta un botón, no hay ninguna buena razón para creerles a quienes mienten tan descaradamente una vez, porque seguirán mintiendo. Y todos los días debemos soportar esta tapas que son replicadas por el aparato mediático, construyendo el sentido común de grandes porciones de la población. Así es insostenible una verdadera democracia. Así es muy difícil pensar en la superación de las injerencias e intervencionismo de la embajada de los EE.UU. Así será muy complicado impedir la erosión del gobierno nacional y popular de Alberto Fernández. Y si como esperamos, la situación de nuestro país mejora y comenzamos a conseguir una mayor soberanía política, económica e industrial, deberemos temerle a los consensos destituyentes de una población manipulada y confundida por la mafia que domina la mayor parte del espectro mediático de nuestro país.

Veamos otro ejemplo que amplía la fundamentación del concepto “terrorismo mediático”, Fijémonos en las consecuencias de haber conseguido sacar a Lula de la cancha cuando se encaminaba a ganar las elecciones en su país. La mayor potencia de la región quedó en manos de un cipayo de Washington, que profundizó el ajuste neoliberal, con un costo social enorme, a la vez que aumentó la asimetría geopolítica a favor de los Estados Unidos en la región. ¿Tienen idea del costo de esta operación de Lawfare, en la que los medios de comunicación hegemónicos tuvieron un papel fundamental?

La justicia es manejada y manipulada por los medios. Los medios hegemónicos son los primeros acusadores, que obran de forma extorsionadora sobre la Justicia. Los medios crean una opinión pública desfavorable al acusado, lo que presiona a la Justicia, que no puede dejar de recoger el guante y se siente obligada, por temor y debilidad ética, a imputarlo y procesarlo. En la última conferencia antes de su detención, Lula dijo:

“Ustedes no pueden condenar a la persona por la prensa para después juzgarla. Recordarán que cuando fui a declarar a Curitiba, le dije al juez Moro: ‘Usted no está en condiciones de absolverme porque O Globo está exigiendo que me condene, y usted me condenará’”[8]

Los medios monopólicos, con sus falsas noticias (fake news), manipulan a una población con un bajo nivel de consciencia política, creando una opinión pública condenadora de la figura indeseable para el poder, que opera sobre jueces cooptados por la oligarquía subordinada a Washington y que toman sus decisiones fraudulentas a sabiendas de que cuentan con el apoyo de la opinión pública. Toda una operación corrupta e indignante. Sencillamente canallesca.

En nuestro país, Mauricio Macri y sus funcionarios, responsables de hundir a la Argentina en una crisis sin precedentes, después de haber hecho todo tipo de negocios utilizando el Estado, después de dejar una deuda externa oscura e impagable, están siendo blindados por los medios monopólicos de una forma indignante. Ni una crítica, ni una denuncia, ni una mención sobre el desastre, mientras una parte de la plana mayor del Pro, el partido de Mauricio Macri, veranea en Punta del Este (Uruguay). Eso sí, Clarín, con sus periodistas mercenarios, no deja de criticar, una a una, todas las medidas tomadas por Alberto Fernández y Axel Kicillof. No tenemos que ser grandes investigadores para darnos cuenta de que este es un plan concertado de erosión y desgaste del gobierno nacional y popular de Alberto Fernández. Tampoco es tan difícil descubrir quienes están detrás de él. Lamentablemente, una parte importante de la población, con un bajo nivel de consciencia política, aun cuando sus intereses son contrarios a los de la oligarquía, han “naturalizado” el sentido común instalado por los medios hegemónicos y están entrampados en esta manipulación subjetiva, convalidando con su ingenuidad política sus ocultaciones y mentiras.

El problema es de suma gravedad, porque la ignorancia política de la población es la condición de posibilidad de la manipulación mediática[9].

Sin información crítica es imposible la alfabetización política de la ciudadanía, indispensable para lograr empoderarnos como pueblo. Y sin pueblos empoderados la lucha por la liberación es prácticamente impensable. Esto quiere decir que debemos asumir con la máxima seriedad esta problemática, que requiere de la decidida actuación de los gobiernos, pero aun más, de la toma de consciencia y responsabilidad de cada uno de nosotros y una organización popular decididamente enfocada a la lucha por la democratización de la información.

Pero no alcanza con los buenos deseos, sino que es necesario, en primer término, proponer acciones concretas[10]. En este sentido vale destacar la actuación del Canal de cable C5N que, contra todo tipo de adversidades, se dedicó a investigar e informar todo lo que ocultaban y ocultan los medios hegemónicos. Sin C5N, estos sufridos cuatros años hubieran sido más duros y la definición electoral que dejó afuera del poder político a Mauricio Macri, más dificultosa. Otra iniciativa valiosa es la del periodista Roberto Navarro, quien creó El Destapeweb, un emprendimiento periodístico sostenido por una subscripción popular, que garantiza su independencia respecto de las corporaciones y poderes fácticos. El Destapeweb se desarrolla a través de un portal, streaming y una radio, realizando un notable trabajo de periodismo editorial y de investigación. Estas iniciativas son oasis en un desierto de información, que es imprescindible para leer en forma crítica la realidad social, económica y política. También son destacables El cohete a la luna (un portal), conducido por el reconocido periodista de investigación y escritor Horacio Verbitsky, el Portal Nodal que conduce el periodista de relaciones internacionales Pedro Brieger y otros como Minuto uno y Diarioregistrado, todos de sesgo progresista. Pero son todas respuestas críticas puntuales, fragmentarias y sin una conducción estratégico-política concertada, que le hacen poca mella al aparato mediático monopólico.

Está claro que esto es muy poco para contrarrestar a los poderosos medios globales hegemónicos y sus repetidoras locales en todo el país. Si bien, hay contestaciones valiosas, la contrahegemonía mediática está dividida y carece de una conducción unificada, lo que es una gran ventaja para la oligarquía, que sí tiene claros los objetivos estratégicos y cómo aplicarlos para seguir dominando. No obstante, está lejos de haber triunfado. La guerra mediática continúa.

La “naturalización” por parte de la población de esta realidad aberrante de operaciones mediático-jurídicas fraudulentas, manipulaciones y mentiras escandalosas, es una verdadera catástrofe socio-política que no debemos tolerar. Nos indigna y preocupa muchísimo la idea de que estas prácticas se conviertan en acontecimientos normales. Las tapas de Clarín y La Nación se llenan de estas mentiras con un gran impacto en la formación de la opinión pública y, luego, cuando son desmentidas por la investigación periodística y la justicia, aparecen en tres renglones perdidos en el medio de la publicación, con una nula repercusión en la opinión pública. Por lo tanto, las operaciones mediático-políticas-jurídicas, más allá de todas las desmentidas, tienen un efecto devastador, como señalamos, en el campo progresista que lucha por la liberación. Esto no es un juego. Estas operaciones de Lawfare, que tienen un impacto certero en la formación de la opinión pública, no son moco de pavo, porque colaboraron eficazmente con la llegada al poder político de personajes subordinados a Washington como Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. Ambos verdugos implacables de sus pueblos. Dimensionemos estos hechos y reflexionemos sobre hasta qué punto podemos seguir tolerándolos.

Para la parte de la población sin una buena formación crítico-política, que no es poca, los conceptos de “libertad de prensa” y “libertad de expresión”, son absolutos y unívocos. Si se critica a un medio por algo que publica o sostiene, o a un periodista por su conducta no ética o delictiva[11], rápidamente la corporación periodística hegemónica lanza a la arena sus objeciones de censura, invocando la violación de la “libertad de prensa” o la “libertad de expresión”, por supuesto desde su propia interpretación de estos valores. En realidad la libertad de prensa invocada es “libertad de empresa” y la libertad de expresión termina siendo “libertad de difamación”. Aquella parte de la población que no tiene un buen nivel de alfabetización política, y que no percibe estas diferencias, termina comprando esta acción manipuladora, generando, así, un consenso positivo a favor de esta verdadera mafia mediática aliada de la oligarquía.

Aquí, sin duda, se requiere que tome decididamente cartas en el asunto el gobierno, estudiando formas de abordar la solución de este enorme problema. De la misma forma, los ciudadanos y ciudadanas particulares, así como todo el amplio campo popular, debemos preocuparnos por elevar nuestro nivel de alfabetización política y buscar rápidamente formas de organización para luchar contra este verdadero flagelo. Lo que nos está ocurriendo es muy grave y no podemos permitir que continúe.

La responsabilidad de informarnos y formarnos[12]

Un gran transformador social como lo fue Gandhi, quien tenía una especial comprensión del socialismo, decía: “El socialismo comienza con el primer converso. Si hay uno, se pueden agregar ceros al uno y el primer cero formará el diez y cada agregado valdrá diez veces el número anterior. No obstante, si el que comienza es cero, o en otras palabras, si nadie se atreve a empezar, la multiplicidad de ceros producirá igualmente un valor de cero. El tiempo y el papel empleados en escribir ceros serán tan sólo pura pérdida”[13]. (Gandhi, 1977: 28).

Vista la necesidad de que importantes sectores del amplio campo popular dejen de ser la contraparte de la manipulación mediática, el problema de elevar nuestro nivel de alfabetización política cobra una importancia especial. En este terreno, y sin esperar a nadie, deberíamos asumir la recomendación de Gandhi y comenzar a trabajar en la elevación de nuestro nivel de alfabetización política, dejar de ser ceros y convertirnos en unidades, para lo cual tenemos que informarnos y formarnos en forma crítica.

La elevación de nuestro nivel de alfabetización política requiere de formación e información crítica en continua interacción. La formación crítica es esencial porque de ella depende la calidad y valor de nuestras lecturas:

  • La lectura de la realidad política.
  • La lectura de la palabra política.

La lectura de la realidad política es previa a la de la palabra política y depende de la formación crítica. Por eso, decimos que la formación es vertebral y sustancia “todas” nuestras lecturas, tanto la de la realidad política como de las interpretaciones mediadas de dicha realidad. Estas últimas, se expresan en distintas vertientes informativas:

1) La información alternativa crítica,

2) La información manipulada de los medios hegemónicos y

3) Las producciones de las usinas de pensamiento de la derecha neoliberal.

Estas tres expresiones de la palabra política, para superar las lecturas ingenuas y abordarlas desde una perspectiva verdaderamente crítica, requieren imperiosamente de “formación política”, esto es, de conocimientos y competencias para entender cabalmente el fenómeno político.

Una buena formación política nos permitirá leer con rédito la información alternativa crítica, evitar los ocultamientos y mentiras de la información manipulada que desparraman todos los días los medios hegemónicos y descubrir los problemas y miedos de la derecha neoliberal frente a sus contradicciones y falsificaciones, así como percibir los avances del despertar continuo del poder popular en construcción. Vamos a mostrar que la formación política crítica es clave para luchar con éxito contra la derecha neoliberal y transformar la realidad.

Sabemos que la información alternativa y crítica es fundamental para sustanciar todas nuestras lecturas de la realidad y participar activamente en la transformación social y política, pero sin formación crítica perderá la mayor parte de su eficacia. Porque la información y la formación se potencian dialécticamente entre sí. La información promueve la formación, mientras que la formación nos enseña a buscar y encontrar mejor información crítica. Por eso sostenemos que no es suficiente con informarnos bien, de buenas fuentes alternativas, sino que es imprescindible lograr una buena formación política. La clave está en aprender a leer en forma crítica el fenómeno político.

En una sociedad dominada por medios de comunicación hegemónicos, que cada vez dejan menos lugar para la opinión crítica y la investigación política desocultadora de los manejos y maniobras de corrupción de la oligarquía[14] a espaldas del pueblo, existe la imperiosa necesidad de fuentes alternativas de información que, debido a la situación en la que nos encontramos, tienen gravísimos problemas de financiamiento.

El Estado en manos de la oligarquía, los cuatro años catastróficos de Macri, les clausuró el financiamiento (la denominada pauta) prácticamente a todos los medios alternativos. En esta circunstancia fueron apareciendo, con el financiamiento de la propia población, soluciones en el espacio de Internet, aunque por ahora débiles como para contraponerse efectivamente al poder mediático de la derecha neoliberal[15].

El originariamente denominado “cuarto poder”, que debía controlar a los otros tres (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), es hoy una expresión del sistema económico-financiero mundial. Es un instrumento más de opresión de la oligarquía global y las oligarquías regionales y locales.

La información crítica es vital para que la población no sea vilmente engañada y estafada mediante la ocupación omnímoda del espacio mediático en defensa y promoción de gobiernos anti populares y entreguistas que le hacen el juego al sistema económico-financiero global, cuyo objetivo es “impedir” el desarrollo de los países de nuestra región. Sin información crítica el pueblo está a merced de las oligarquías. Con información crítica el pueblo puede evitar la estafa electoral a la que son sometidos los países no desarrollados. Sin información crítica el pueblo (entendido aquí como la mayoría) vota a sus verdugos. Lo vivimos en nuestro país y todavía lo está padeciendo el Brasil de Jair Bolsonaro.

Pero es evidente que no es suficiente con colocar un gobierno nacional y popular, sino que es preciso, además, sostenerlo. Y para ello es indispensable, además de información crítica, como vimos, formación crítica. Para superar la lectura ingenua del fenómeno político es fundamental que nos “formemos políticamente”.

La clave para la elevación de nuestro nivel de alfabetización política está en pasar de la lectura ingenua, esto es, emocional o mágica de la política, a la lectura que denominamos científico-filosófica de la política. Y esta última lectura no requiere que la ciudadanía tenga estudios de posgrado, universitarios, ni siquiera secundarios. Sólo requiere un sentido común bien desarrollado, una toma de consciencia crítica y un posicionamiento reflexivo decidido a trabajar. Cualquier persona que es capaz de administrar y llevar adelante su vida de forma autónoma en esta sociedad, está en condiciones de ejercitar una lectura como la que sugerimos.

El carácter científico-filosófico que proponemos, no es más que una apelación a la racionalidad, lo que no quiere decir que dejemos de lado lo emocional, por el contrario, la sensibilidad humana es esencial en esta lectura, porque nos guía la utopía de otro mundo posible, más humano y más justo. Pero la razón decisiva por la cual apelamos a una lectura científico-filosófica, está en la necesidad de contraponerla a la manipulación basada en los resortes emocionales que se práctica continuamente en los medios hegemónicos. Cada vez queda más claro y es más evidente que las personas, a través de los medios y las redes sociales, son más influenciables desde lo emocional que desde lo racional. La emergencia del concepto de “posverdad”[16] fundamenta esto que señalamos. Como venimos diciendo reiteradamente: la ignorancia política de la población es una verdadera catástrofe social.

Nos genera mucha indignación y rabia comprobar cómo Juntos para el cambio sigue gobernando para los sectores ricos, modificando a su favor la reforma impositiva propuesta por el gobernador Axel Kicillof. Y lo hacen ahora como oposición, sin la menor autocrítica, y lo que es peor aún, manifestándole a la población, con un cinismo e hipocresía sin parangones, que han dejado una vara muy alta. Su desvergüenza no tiene límites. Hay aquí un fuerte mensaje para la reflexión de todos los que perteneciendo al amplio campo popular le pusieron el voto a quienes gobiernan en su contra. Por favor, basta de ignorancia política, superémosla y no nos suicidemos más[17].

Bibliografía

“El grupo Clarín, sinónimo de concentración”. Investigación del diario Tiempo Argentino y Reporteros sin Fronteras. www.argentina.mom-rsf.org/

Gandhi, M (1977) Hacia un socialismo no violento. Buenos Aires: La Pléyade. Página 28.

Jinkings, Ivana (compiladora) Lula. La verdad vencerá. Buenos Aires: Clacso. Página 12. Boitempo. Octubre. Umet.

Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores.

Se crea la Universidad Internacional de la Comunicación. Grecia Monasterio Yañez. El Universal. 6/12/2019.

Se terminó la mentira: confirman que ni Máximo Kirchner ni Garré tenían cuentas en el exterior. 12 marzo, 2018PAÍS.

  1. “El Grupo Clarín es sinónimo de concentración. En efecto, es imposible abordar la concentración de los medios y de los flujos informativos en la Argentina sin detenerse en el Grupo Clarín, surgido del diario que fundara en 1945 el hasta entonces político Roberto Noble y cuya expansión lideró el hoy mayor accionista y CEO, Héctor Magnetto, a partir de la década de 1980. Tras la fusión entre Cablevisión (el mayor operador de tv por cable) y Telecom (una de las dos principales compañías de telecomunicaciones fijas y móviles) en 2018, protagonizada por los accionistas del Grupo Clarín, la distancia entre este conglomerado y el resto del ecosistema es gigantesca, tanto si se mide en ingresos, audiencias, escala geográfica de operaciones, posición de dominio en cada mercado, como si se cruzan y combinan todos estos factores. Por ejemplo: sin tomar en cuenta sus negocios de provisión de tv por cable, telefonía móvil y fija y conectividad a Internet, el Grupo Clarín obtuvo en 2017 ganancias por $159 millones, cuando el resto de grupos mediáticos que serían su competencia no llegaron a cruzar el umbral de los $10 millones. Obviamente, la renta del Grupo Clarín se multiplica con creces si, además, se incorporan sus unidades de negocios hoy agrupadas en Cablevisión Holding. Además, el Grupo Clarín es el principal beneficiario de la distribución de la publicidad oficial del gobierno nacional y de las administraciones de las principales provincias del país”. Investigación del diario Tiempo Argentino y Reporteros sin Fronteras. www.argentina.mom-rsf.org/
  2. Es lo que ha ocurrido en Argentina con Mauricio Macri y en Brasil con Jair Bolsonaro, dos fachadas siniestras de las oligarquías locales subordinadas a Washington.
  3. Ver: El Lawfare o guerra jurídica”, página 264. En: Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores.
  4. Esto queda muy claro con la pobrísima respuesta al golpe de Estado en Bolivia, de los países de la región cipayos de Washington. Exceptuado a Cuba, Venezuela y Nicaragua, con una clara reprobación en el plano diplomático, y menos radicalizada de México y Argentina, el resto de los países, y los debilitados organismos regionales, convalidaron el golpe de Estado. Huelga hablar de la OEA, un organismo conducido por Luis Almagro, un lacayo de Los Estados Unidos, que tuvo un papel destacado en el golpe. Bolivia está en manos de Washington. La frustración de los que peleamos por la Patria Grande es alta. En esta situación la lucha por la unidad regional es prioridad uno. Pero para ello, deberemos ir recuperando, uno a uno, nuestros países de las garras del águila norteamericana. El desafío es grande.
  5. Ver: “La espiral del silencio y las políticas del embuste permanente”, página 239. En: Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores.
  6. Otra gran mentira fue la acusación contra Aníbal Fernández, en ese entonces Jefe de Gabinete del gobierno de Cristina Fernández. ¡Qué casualidad en plena campaña electoral!. Fue una operación mediática gestada en el programa “Periodismo para todos”, conducido por el periodista Jorge Lanata, con la colaboración de Nicolás Wiñazki y delincuentes condenados, como testigos falsos, que más tarde reconocieron que habían mentido. Todo esto, que estuvo motorizado por la diputada de Cambiemos Elisa Carrió, se comprobó fehacientemente que era falso. No obstante, esta operación fue decisiva para que Aníbal Fernández perdiera su elección como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, lo que colaboró con la derrota del kirchnerismo y el triunfo de Mauricio Macri. Una clara victoria del terrorismo mediático.
  7. Sepamos que un periodismo realmente serio, veraz y respetable no redacta sus investigaciones en verbos condicionales.
  8. Jinkings, Ivana (compiladora) Lula. La verdad vencerá. Buenos Aires: Clacso. Página 12. Boitempo. Octubre. Umet. Página 243.
  9. Ver: “sin educación política liberadora no hay democracia”, página 45. En: Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores.
  10. He aquí una. El presidente Nicolás Maduro, aprobó la creación de la Universidad Internacional de la Comunicación con sede en Caracas, Venezuela:»Una universidad para la liberación, para la consciencia, para la defensa de la verdad, y para la batalla mundial», destacó luego de que la constituyente Tania Díaz le diera a conocer la propuesta, que fue coordinada durante el I Congreso Internacional de Comunicación. Enfatizó que la institución de estudios tendrá el propósito de “defender la verdad ante la agresión mediática”: «Ha empezado una nueva ola de liberación de los pueblos y no podrá detenerlo el imperialismo ni con golpes de Estado, ni con persecución. Los pueblos están en las calles contra el neoliberalismo, contra el capitalismo salvaje», acotó el Presidente. Maduro anunció que el Gobierno Nacional contribuirá económicamente y con recursos logísticos para la fundación de dicha universidad, que prevé iniciar actividades académicas para el primer trimestre del año 2020. En: Grecia Monasterio Yañez. El Universal. 6/12/2019.
  11. El periodista del diario Clarín Daniel Santoro fue considerado, por el Juez de Dolores Ramos Padilla, «partícipe necesario» de los delitos cometidos en perjuicio del ex directivo de la petrolera venezolana PDVSA, Gonzalo Brusa Dovat, y del empresario patagónico Mario Víctor Cifuentes, ambos presuntas víctimas de la organización supuestamente liderada por el falso abogado Marcelo D’Alessio. Aunque parezca mentira, los principales periodistas de los medios hegemónicos salieron a defender a este delincuente, invocando un ataque a la libertad de expresión.
  12. En este punto incluimos la actualización del capítulo: “Formación e información”, página 81. En: Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores.
  13. Gandhi, M (1977) Hacia un socialismo no violento. Buenos Aires: La Pléyade. Página 28.
  14. En el caso de la Argentina actual, el bloque oligárquico, a pesar del advenimiento de un gobierno nacional y popular, sigue estando en una posición dominante, porque mantiene el control de los medios de comunicación que monopoliza, está rodeada de gobiernos de derecha en la región y tiene el apoyo interesado de Washington.
  15. Como vimos, aquí es destacable la iniciativa de “El destapeweb (www.eldestapeweb.com), la construcción de una fuente de información alternativa y crítica conducida por Roberto Navarro, y financiada por la población mediante el sistema de subscripciones. Yo tengo mi subscripción e invito a los lectores a que también se subscriban.
  16. Ver: “La mentira de la posverdad”, página 245. En: Lens, José Luis (2018) Nosotros somos los que estábamos esperando. Buenos Aires: VI-DA TEC Editores.
  17. Yo, como todos y todas ustedes, no soy un individuo aislado sino que formo parte de la comunidad. Si bien no voté a “Juntos para el cambio”, hay muchos que perteneciendo al amplio campo popular lo hicieron, por lo que yo, como parte del conjunto, también debo asumir mi responsabilidad en el grave error cometido.

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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