El Estado como arma fundamental de los pueblos

El Estado como arma fundamental de los pueblos

El poder político reside en el control del Estado. Y el Estado es la única herramienta y garantía que tienen los pueblos para luchar por sus intereses. Sin duda que el Estado es un espacio de lucha entre la oligarquía y el campo popular, y su funcionalidad respecto de cada uno de estos polos contrarios dependerá del nivel de la asimetría existente entre ellos. Cuanto más poder tenga la oligarquía, habrá más Estado para los sectores de poder y menos Estado para el pueblo. Y si la oligarquía también administra el Estado, el pueblo se encontrará en la peor de las situaciones. Precisamente, la doctrina neoliberal, una filosofía política de los sectores dominantes, promueve intensamente un Estado fuerte para los ricos y débil para los pobres. Por eso, la posesión y control del Estado, el Poder Político, es vital para los pueblos.

El pueblo tiene la necesidad y obligación de saber, con plena consciencia que:

1. El Estado es una institución fundamental para su bienestar, porque es la única institución que puede oponerse, regular y controlar la sed infinita de poder y de ganancias de los sectores privados de la economía. Cada vez que el Estado, por las razones que fueren, se ausenta, el pueblo es oprimido.

2. Él es el dueño el Estado y que, en tanto tal, debe rescatarlo de toda desvalorización intencionada, que lo haga ponerse en su contra. Es inentendible y una gran ingenuidad política que los sectores populares estén en contra del Estado, porque la lucha nunca debe ser contra el Estado, sino contra los gobiernos que lo usan a favor de los ricos y en contra de los sectores populares. Porque el Estado, el poder político, es la única herramienta y garantía para luchar con éxito contra las oligarquías.

3. La simbiosis dialéctica Pueblo-Estado es la clave de una democracia real, esto es, de una democracia donde el pueblo tiene el poder. Un pueblo comprometido y movilizado, esto es, realmente empoderado, es la mejor garantía para los gobiernos de sesgo nacional y popular a cargo del Estado. Y viceversa. Un gobierno verdaderamente consustanciado con los intereses populares, lo es, también para el pueblo. Este es el sentido de la simbiosis Pueblo-Poder político. Y esta simbiosis significa un pueblo que valora fuertemente la institución Estado y, por lo tanto, está preocupado realmente por incidir sobre él, controlarlo y hacerlo suyo. Para ello, es imprescindible su compromiso con la tarea de elevar su nivel de alfabetización política.

4. No será lo mismo para el pueblo que el Estado esté en manos de gobiernos de sesgo nacional y popular, que esté en manos de la derecha neoliberal. Y para que esto no ocurra, quienes conformamos el campo popular debemos ser muy consciente de que es necesario poseer un nivel de alfabetización política alto y en constante crecimiento, lo cual implica, entre otras cosas, no perder la memoria histórica, para que no se produzcan catástrofes como la que hemos vivido en la última elección en la Argentina, en la cual un gran porcentaje del pueblo votó a sus verdugos.

5. Debe ser competente para incidir y controlar al Estado, ya esté en manos de gobiernos de sesgo nacional y popular o, con mayor razón todavía, de la derecha conservadora neoliberal. El Estado debe ser su objetivo y su obsesión. Tiene que valorarlo, cuidarlo y defenderlo siempre y en toda circunstancia.

No hay ninguna duda, el Estado es el arma más importante que posee el pueblo para luchar con éxito contra las oligarquías. Por eso, para conocer a un oligarca o a un cipayo de la oligarquía, no hay nada mejor que escuchar su opinión respecto del papel del Estado.