Neoliberalismo

El RAP colonizador y sus raperos vendepatria

El RAP colonizador y sus raperos vendepatria

El último viaje de los políticos RAP: la Universidad de Harvard, el pasado abril

RAP es la sigla de la Red de Acción Política, una fundación pantalla que tiene vínculos con la Embajada de los Estados Unidos y la CIA y cuyo objetivo central es realizar acciones de lobby a favor de los intereses de las multinacionales norteamericanas y la promoción del libre mercado en la Argentina. Su principal centro de operaciones es el Congreso de la Nación. La RAP subordina a los políticos a partir de distintos tipos de prebendas y privilegios, becas, capacitaciones y viajes a distintas partes del mundo:

“La Red de Acción Política (RAP) es una fundación que se dedica a la  formación de la dirigencia política en Argentina. Es auspiciada y financiada por embajadas y multinacionales, grandes bancos privados, y las principales empresas locales de propiedad de las familias Urquia, Rocca, Pagani, etc. Entre sus integrantes hay altos funcionarios del Pro, la UCR, el socialismo, el justicialismo, el GEN, el Frente Renovador, e incluso del kirchnerismo.  En su  consejo directivo y asesor, figuran banqueros con intereses en la deuda pública argentina, e intelectuales orientados al pensamiento neoliberal. Que ejecutan una bajada de línea hacia numerosos políticos argentinos, creando así una red o logia moderna, que atraviesa a casi todos los partidos políticos. Y ha facilitado la instauración de determinadas políticas a favor de los intereses empresarios y geopolíticos de quienes la financian y auspician, no precisamente en bienestar del pueblo, ni de los intereses argentinos”[1].

La propia retórica de la RAP no puede ocultar sus supuestos políticos manipuladores:

“RAP busca generar un ámbito donde los políticos puedan desarrollar vínculos y afinidades personales con otros políticos de diversos partidos y espacios ideológicos, basados en la construcción de confianza y la reducción de prejuicios. Esta red de “amistad cívica” debiera (i) generar un clima propicio para que los Políticos RAP puedan debatir sus problemas e intercambiar experiencias, y (ii) construir espacios de diálogo, con respeto a la pluralidad y diversidad, que permitan identificar consensos y posibilidades de trabajo conjunto más allá de las diferencias partidarias e ideológicas, y trabajar y administrar los disensos de una manera ordenada y respetuosa”.

¡Qué interesante manera de legitimar la disolución del conflicto, que es la esencia de la política! El concepto de “amistad cívica” licúa las diferencias ideológicas, convirtiendo a los políticos convocados en una armónica corporación de colaboradores del lobby que representa RAP. Políticos de extracción oligárquica conviven y trabajan con políticos del campo popular. Claro que estos últimos habrán tenido que dejar sus principios ideológicos en la puerta de la Fundación, traicionando a sus electores. La política es una lucha de poderes, siendo el conflicto su núcleo esencial. Por eso, promover la amistad cívica entre antagónicos es una farsa. La “amistad cívica” entre políticos que supuestamente deben defender distintos intereses y causas. es lo que explica por qué cada vez más gente descree, y hasta aborrece, a los políticos, que se pelean para la tribuna y luego son grandes amigos para usufructuar las prebendas de los que los invitan a traicionar a quienes los votaron.

La RAP es una especie de logia, pero que no se oculta. Y no necesita esconderse porque la gente, es muy lamentable, ha naturalizado nuestro destino de colonia. Es muy ingenuo pensar que estas fundaciones, sostenidas por empresas multinacionales y fondos buitres, convocan a los políticos para ayudarlos a ser mejores en la defensa de la democracia. No obstante, es demasiada la gente a la que le parece algo normal y aceptable.

Es una logia porque ejercitan un proceso de selección típico de las sociedades secretas:

“En la fundación participan más de 180 Políticos que fueron invitados y que, luego de firmar una carta de compromisos recíprocos, pasaron a formar parte de RAP. El proceso de selección previa de personas a invitar tiene una serie de pasos.

  1. Cada año se define una “matriz objetivo” de políticos a incorporar en función de criterios de pluralidad y diversidad partidaria, ideológica, de cargos, geográfica y de género.
  2. A partir de ello se recurre a la base de políticos recomendados por adherentes y/o Políticos RAP y de auto postulaciones recibidas.
  3. Luego se definen prioridades y se inicia un proceso de búsqueda de referencias y antecedentes. El mismo toma en cuenta, entre otros elementos, la integridad personal, antecedentes políticos, trabajo realizado, entre otros, con el objetivo de conocer al aspirante y asegurar la consistencia con los valores y principios impulsados por la fundación.
  4. Terminado este proceso, se organizan entrevistas personales para conocer al candidato y plantearle la posibilidad de participar en la organización.
  5. Antes de incorporar definitivamente a los postulantes, se realizan consultas a los Políticos RAP.
  6. Finalmente si ambas partes están de acuerdo y firman el acta de compromisos, el político queda incorporado a Fundación RAP en calidad de miembro y puede participar de las iniciativas que se llevan adelante.

Al día de hoy, unos 400 dirigentes están postulados para ingresar. La Comisión Política del Consejo de Administración de la Fundación RAP es la encargada de supervisar cada paso de este proceso y asegurar que se cumpla de manera correcta”.

La fundación RAP maneja la mayor parte de la agenda de viajes al exterior de los políticos argentinos. De su mano recorren el mundo de charla en charla. RAP promueve para ellos cursos y seminarios de capacitación, así como relaciones institucionales con países, en su gran mayoría alineados con los Estados Unidos.

La RAP está respaldada por un poderoso sector privado que opera políticamente. ¿Qué empresas financian a la RAP y su lobby? Coca-Cola,  Arcos Dorados (McDonald´s),  Techint, Arcor, J.P. Morgan y los bancos Galicia, HSBC y Santander Río. Y entre sus socios adherentes aparecen la Barrick Gold. Ledesma y el Banco Hipotecario. También tiene sponsors como Telefónica, IBM, Bagó, BBVA Banco Francés, Microsoft, Alpargatas y Nobleza Picardo entre otros.

La Fundación RAP trabaja con más de 160 funcionarios políticos (gobernadores, senadores y diputados) de diversos partidos y provincias, en su mayoría no peronistas y con una fuerte impronta anti kirchnerista. Sus preferidos son Gabriela Michetti, Eduardo Amadeo,  Ernesto Sanz, Hermes Binner, Margarita Stolbizer, Federico Pinedo, Ernesto Sanz,  Daniel Arroyo, Graciela Ocaña, Rubén Giustiniani, Oscar Aguad, María Eugenia Vidal,  Martín Buzzi y el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Pero si un partido define a la Fundación RAP, ése es el Pro. Sus “RAPeros” son: Marcos Peña, Eugenio Burzaco, Esteban Bullrich, Paula Bertol, Fernando De Andreis, Ramiro Tagliaferro y María Eugenia Vidal, entre otros.

Varios políticos RAP viajaron a Boston en abril de 2010 para participar del simposio “Imaginando el futuro de la Argentina”. Este simposio se realizó en la Escuela Kennedy de Gobierno, de la Universidad de Harvard, con el apoyo del David Rockefeller Center for Latin American Studies. Entre los Políticos RAP que viajaron estaban Mónica Fein, María Eugenia Estenssoro, Michetti y Stolbizer.  Dos meses después, entre el 5 y el 10 de junio de 2010, se realizó otro encuentro en  Washington, donde volvieron a encontrarse  Fein, Gabriela Michetti y Margarita. Esta vez  realizaron reuniones reservadas en el Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional. Curiosamente, personal de la embajada argentina en Estados Unidos del entonces Gobierno de Cristina Kirchner quiso participar de estos encuentros pero no se le permitió asistir, según denunció en su momento el periodista  Horacio Verbitsky, titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels). El 11 de octubre de 2014, RAP coordinó un viaje a Estados Unidos, con Graciela Ocaña, Federico Sturzenegger, Mario Negri, y Martín Lousteau, actual embajador PRO/RAP en ese país.

La Fundación RAP tiene un Consejo Asesor con una clara línea ideológica neoliberal, integrado por reconocidos intelectuales rabiosamente antiperonistas y antikirchneristas, como Marcos Aguinis, Juan José Llach, Santiago Kovadloff, Natalio Botana, Sergio Berenztein (desvinculado actualmente), Manuel Mora y Araujo y Adalberto Rodríguez Giavarini (ex canciller del gobierno de De la Rúa). Aquí queda claro el modelo de país que persigue la Fundación. Esta Logia promovida por el lobby de la Embajada de los Estados Unidos y la CIA, financiada por multinacionales y socios internos,  se propone: “ocupar espacios de poder para transformar el país en función de valores y conductas compartidas”. Ya sabemos cuál es la transformación que proponen y los valores y conductas compartidas: los de la entrega del país y la subordinación del pueblo a una oligarquía saqueadora y explotadora.

La RAP es una clara expresión de la poderosa arquitectura de poder de la oligarquía que, en tanto tal, prácticamente aniquila a la democracia:

“La logia del RAP demostró su capacidad de poder superestructural, al haber logrado a principios del 2016 escindir al bloque kirchnerista, con la creación del Bloque Justicialista liderado por el miembro del RAP, el diputado Oscar Alberto Romero. Que resultó ser una pieza funcional esencial, para lograr la gobernabilidad por parte del gobierno de Cambiemos, y reducir las posibilidades del kirchnerismo en el control de determinados organismos, como el Consejo de la Magistratura. Y ahora RAP ha ratificado su extraordinario poder trans partidario, al lograr que Romero y dicho bloque se pliegue a la fulminante expulsión de la  cámara de su “compañero”, el ex ministro de Infraestructura Federal y Servicios Públicos y actual diputado, Julio De Vido. Lo cual hasta hace poco era un hecho impensable, acorde con el deber de lealtad que proclaman los integrantes del peronismo justicialista” (Adolfo Struck).

Esto explica cómo una alianza minoritaria en el Congreso puede conseguir tantos éxitos, lo que destruye todo aliento democrático. En este sentido seguir apostando por la democracia como una panacea es, por lo menos, una ingenuidad política[2]. Si el poder del pueblo radica solamente en el voto, estamos en el horno, como se dice en la jerga popular. Por eso, sin una arquitectura sólida de poder popular la democracia es una verdadera quimera. ¡Qué razón tenía Cornelius Castoriadis cuando definía a la democracia como el poder del pueblo!

  1. “El RAP del poder: la red que vincula a los políticos al servicio del establishment”. Artículo de Adolfo Struck – @AdolfoStruck

  2. Ver los artículos: Lens; José Luis: “La globalización corporativa y su democracia de fachada y Lens, José Luis: “Cambiemos: La democracia bastardeada”.

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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