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El arte de mentir y manipular para conseguir votos

El arte de mentir y manipular para conseguir votos

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Es el propio Jaime Durán Barba, el que les aconseja “no mentir” a los candidatos de Cambiemos, quien, en su último libro (La política en el siglo XXI), tiene un capítulo titulado: La política no es marketing (pág 312). Coincidimos con lo que afirma ese título, pero no con Durán Barba, porque su práctica lo desmiente categóricamente.

Jaime Durán Barba es un excelente discípulo de Joseph Goebbels, ya que su objetivo supremo es la manipulación de la población. Veamos algunos de los principales principios de la propaganda de Joseph Goebbels, que Durán Barba está utilizando, hasta ahora, con buen rédito:

Joseph Goebbels: Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

Durán Barba: La “pesada herencia”.“No hablen de economía, hablen de cualquier otra cosa, pero no hablen de economía”.

Joseph Goebbels: Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

Durán Barba: “Díganle a la gente lo que quiere oír y lo que le gusta”. “La premisa es transmitir sentimientos y emociones positivas”,

Joseph Goebbels: Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

Durán Barba: “Si se puede, sí se puede, sí se puede, sí se puede”, «equipo», «trabajando juntos», «esperanza» y «felicidad».

Joseph Goebbels: Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

Durán Barba: Aquí nuestro personaje recibe continuamente la ayuda inestimable del blindaje judicial, que produce acusaciones continuas y causas contra el principal adversario de Cambiemos: Cristina Fernández de Kirchner

Joseph Goebbels: Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

Durán Barba: Ustedes tienen que hablar y repetir solamente de lo que la gente ve como logros: la obra pública, los créditos hipotecarios, ahora todos pueden volar, la lucha contras las mafias de la policía bonaerense.

Joseph Goebbels: Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

Durán Barba: “No deben tratar de dar definiciones sobre temas conflictivos: economía, seguridad, aborto, etcétera».

También aquí nuestro personaje recibe la inestimable ayuda del impresionante blindaje mediático que tiene el gobierno, el que silencia todo aquello que pueda favorecer a sus adversarios. Sobreinformando lo que le conviene y desinformando lo que no le conviene.

Joseph Goebbels:Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Durán Barba: Aquí nuestro personaje trabaja sobre el arraigado sentimiento antiperonista (gorilismo) de una parte importante de la población, sobre todo en la amplia clase media.

Por otro lado, en un gesto de hipocresía fuera de lo común, Durán Barba alaba el método científico (Capítulo Segundo de su libro: El método científico, pág 65), como principal recomendación a los que se dedican a la tarea de la consultoría política, así como eje de su éxito en la profesión. También, en un intento de emular al Aristóteles de los Argumentos Sofísticos, se da el lujo de desarrollar un catálogo de falacias (página 73).

No obstante, el método científico, en tanto instrumento, puede ser usado para el bien, pero también para el mal. Y Durán Barba, sin duda, como veremos, lo usa descaradamente para el mal. En su laboratorio gobeliano los obsesivos focus groups le indican con certeza científica qué es lo que valora y quiere oír la gente. Aquí aparece el método científico, que tanto recomienda Durán Barba. Los medios hegemónicos trabajan sobre la cabeza de la gente y él después recolecta esos frutos en sus focus groups para elaborar su programa de marketing, cuyo objetivo es conseguir votos como sea, engañando y estafando la buena fe de la gente.

La historia ya nos mostró cómo terminan los engaños y las manipulaciones de los pueblos, lo que en sus ansias manipuladoras a Goebbles no le importaba, como no le importa hoy a Durán Barba, porque ambos parten de la idea de que las masas tienen una gran facilidad para olvidar. Ahora bien, esto no va a evitar la catástrofe a la que nos dirigimos por este camino. Pero si hacemos memoria y asumimos la responsabilidad que nos cabe como ciudadanos comprometidos, tenemos herramientas para evitarlo.

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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